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Kirkuk celebra la primera misa tras la caída de Saddam

En la homilía, realizada en árabe, el anciano obispo Andraus Sanna afirmó que su comunidad católica de rito caldeo, tiene mucho que agradecer después del arribo de las tropas norteamericanas.

13 de Abril de 2003 | 15:37 | Ansa
KIRKUK, Irak.- La primera misa después de la caída del gobierno de Saddam Hussein se celebró hoy, Domingo de Ramos, en la catedral de Kirkuk, norte de Irak, en una comunidad católica dividida entre el alivio por el fin de los bombardeos y la preocupación por el futuro.

En la homilía, realizada en árabe, el anciano obispo Andraus Sanna afirmó que su comunidad católica de rito caldeo, tiene mucho que agradecer después del arribo de las tropas norteamericanas.

Tras semanas de bombardeos aéreos, centenares de guerrilleros kurdos se volcaron a la ciudad petrolera, de 700 mil habitantes.

A las primeras escenas de júbilo siguieron los saqueos y jornadas de violencia, atribuidas a los combatientes pashmergas.

"Es la segunda vez que los kurdos hacen esto, la primera fue en 1991", dijo S. G. Alhurmazi, ex empleado del sector petrolero, refiriéndose a la rebelión después de la Guerra del Golfo Pérsico, reprimida brutalmente por las tropas de Hussein.

Decenas de miles de kurdos fueron obligados a dejar Kirkuk por la política de arabización seguida por Hussein. La comunidad árabe y turcomana en la ciudad ahora teme represalias.

Hasta ahora los temores de la población no se han materializado y la ola de vandalismo del jueves y viernes pasado ha disminuido, paralelamente al incremento de la presencia militar estadounidense, pero a mediano y largo plazo permanece latente el peligro de inestabilidad.

"Los norteamericanos no se quedarán aquí para siempre, ¿no es verdad?", afirma preocupado Alhurmazi.

En su residencia ubicada frente a la catedral, el obispo Sanna, de 83 años, dijo no creer que los cristianos sean perseguidos o marginados, no obstante algunos los acusan de una suerte de aquiescencia hacia el Partido Baath.

Sobre una población de 26 millones, los cristianos en Irak son una minoría de alrededor de 600 mil personas, el 65-70 por ciento de los cuales católicos caldeos.

"Aquí nadie está realmente con el Partido Baath, y los musulmanes lo saben", dijo el prelado.

"Muchas personas pueden haber adherido, pero sólo porque era necesario hacerlo para tener un trabajo", añadió.

Según el obispo, los saqueos y la violencia en Kirkuk después de la caída del gobierno se explican como una reacción natural de los kurdos a los duros años de represión, y no deberían repetirse situaciones como las de Mossul, donde los incidentes fueron mucho más graves.

Pero los peligros en el clima de sospecha entre las varias comunidades presentes, permanecen.

"Los turcomanos temen a los kurdos y son bastante alentados por Turquía para expresar estas preocupaciones. Y los árabes se sienten por ahora un poco desilusionados, tienen miedo de los estadounidenses", concluyó el obispo.

La comunidad cristiana local se remonta al primer siglo después de Cristo, cuando San Tomás apóstol evangelizó la Mesopotamia.
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