NACIONES UNIDAS.- El gobierno español, sorpresivamente derrotado en las elecciones del domingo, dijo hoy al Consejo de Seguridad de la ONU que actuó de buena fe cuando insistió en una resolución en la que nombraba al grupo separatista vasco ETA como responsable de los atentados con bombas contra trenes.
Pese a algunos recelos, el Consejo de Seguridad adoptó una resolución pocas horas después de los ataques, que identificó a la ETA como el perpetrador de los atentados que mataron a más de 200 personas e hirieron a unas 1.500 en cuatro trenes llenos de trabajadores.
De acuerdo con la carta enviada a los 15 miembros del Consejo por el embajador de España, Inocencio Arias, el gobierno actuó de buena fe cuando dijo a los miembros que la ETA fue responsable de los atentados.
Arias dijo que "desde entonces hallaron, a través de los esfuerzos de las agencias de seguridad del estado, nuevos elementos que nos han conducido a abrir otras líneas de investigación que apuntan a la participación de ciudadanos de otros países en los ataques".
La carta agregó que "no es posible por el momento llegar a una conclusión definitiva. El gobierno de España informará al Consejo (de Seguridad de la ONU) los resultados de sus investigaciones".
Durante el fin de semana, investigadores españoles dieron cuenta de crecientes evidencias de que fundamentalistas islámicos, posiblemente de la red Al Qaeda, estuvieron involucrados en los atentados.
El Consejo de Seguridad, en acciones de condena anteriores de atentados terroristas, evitó nombrar a grupos en particular, incluyendo una resolución adoptada 24 horas después del 11 de septiembre de 2001, en los ataques contra Nueva York y Washington.
El presidente de turno del Consejo, el embajador francés Jean-Marc de la Sablire, quien originalmente había propuesto una resolución sin mencionar a la ETA, dijo hoy que "daba la bienvenida" a esta carta.
Pero el jueves, fue insistente la presión de España, un miembro del Consejo, y los diplomáticos señalaron que la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, incluso llamó a su colega alemán, Joschka Fischer, después de que la delegación alemana en el Consejo cuestionó la oportunidad de nombrar a la ETA.
Además, se considera prácticamente imposible la revocación de una resolución, y un miembro del Consejo que habló a condición de permanecer anónimo señaló que "la gente quería creer a España, aunque se percibía claramente que no tenían pruebas definitivas".
