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Vaticano publica documento con normas contra abusos en la Eucaristía

El documento -"Redemptoris sacramentum"-, sobre cuestiones que deben respetarse o evitarse sobre la Eucaristía, considera "actos graves", entre otras cosas, la omisión de citar al Papa y al obispo en la oración eucarística.

23 de Abril de 2004 | 10:07 | ANSA
CIUDAD DEL VATICANO.- Una lista de los "abusos graves" contra la Eucaristía, normas para evitar la profanación de las hostias y la autorización a "denunciar" a los obispos los "abusos" poco ortodoxos en las misas son las notas destacadas de un documento vaticano publicado hoy.

El documento -"Redemptoris sacramentum"-, sobre cuestiones que deben respetarse o evitarse sobre la Eucaristía, considera "actos graves", entre otras cosas, la omisión de citar al Papa y al obispo en la oración eucarística.

Además, celebrar vistiendo solamente la estola y pasarse el plato con la hostia o el caliz con el vino. Son acusados de "abuso" también los esposos que durante la celebración del matrimonio se pasan la hostia para la comunión.

El documento, ilustrado hoy en una conferencia de prensa en el Vaticano, tiene 70 páginas y fue redactado por la Congregación para el culto divino en aplicación de la encíclica de Juan Pablo II "Ecclesia de Eucharistía".

El nuevo documento vaticano recomienda que se eviten las confusiones entre el rito católico y el de otras confesiones cristianas, en particular advirtiendo que que no hay que olvidar el aspecto de "sacrificio" de la misa (el sacrificio de Cristo) y no confundirlo con una "cena común" ("la cena del Señor", como la llaman algunas confesiones protestantes).

Aunque no la cita explícitamente el documento alude a la intercomunión entre católicos y cristianos, ya prohibida por el Papa en su última encíclica, y prohíbe a los sacerdotes católicos que celebren en templos no cristianos.

La Instrucción vaticana distingue los delitos graves de los abusos contra la Eucaristía. Delitos graves son substancialmente las profanaciones eucarísticas como la substracción o retención de las hostias, la simulación del sacrificio litúrgico, la consagración con fines de sacrilegio.

También está considerado como delito grave "la concelebración prohibida del sacrificio eucarístico junto a ministros de comunidades eclesiales que no tienen la sucesión apostólica ni reconocen la dignidad sacramental de la ordenación sacerdotal" (en la práctica se puede concelebrar con sacerdotes ortodoxos pero no, por ejemplo, con pastores protestantes).

La lista de los abusos es muy minuciosa, y condena las prácticas eclesiales que considera demasiado creativas, con improvisaciones tanto de los sacerdotes como de los laicos.

Se precisa desde el tipo de pan, sin levadura, y el vino, siempre genuino, hasta el hecho de que las oraciones eucarísticas leídas en la misa pueden ser solamente las del misal romano, y que la lectura de la oración debe ser hecha solamente por el sacerdote. En este caso el abuso sería que los laicos lean el Evangelio o pronuncien homilías.

Se puede recibir la hostia en la mano pero no se puede pasar la hostia entre los fieles; la comunión con el cáliz de vino debe ser evitada en las misas muy concurridas ante la imposibilidad de calcular cual será el consumo efectivo del vino consagrado.

Aún reconociendo la necesidad de "adaptar en modo inteligente" las misas a los fieles y aún admitiendo que los fieles no pueden ser reducidos a "la mera presencia, además pasiva", el documento quiere evitar que los laicos se sobrepongan a los sacerdotes y ejerzan roles que, para los católicos, deben ser propios solamente de quien ha recibido el orden sagrado, es decir sacerdotes.

El texto condena también el uso de lecturas o de oraciones no canónicas, debido a un "falso concepto de libertad" y la misa - afirma - no debe ser tratada "con arbitrio personal".
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