VARSOVIA.- Millones de personas a lo largo del ex bloque comunista de Europa del Este despertaron este sábado como ciudadanos de la ampliada Unión Europea, mientras que nuevos actos conmemorativos se celebraban a lo largo y ancho de todo el continente, que deja de lado, definitivamente, la Guerra Fría.
La bandera azul con estrellas, insignia de la Unión Europea, era enarbolada en ocho países del centro y este del continente que soportaron décadas bajo el poder del comunismo ruso y en las dos islas mediterráneas de Chipre y Malta.
"Si miras a través de la ventana parece que todo sigue igual, pero ahora estamos en la Unión Europea", dijo el locutor de una radio de Varsovia al presentar las noticias a primera hora del sábado.
La mayor expansión de la UE entró en vigor a media noche del viernes, incrementando el número de miembros del bloque de 15 a 25, aumentando su población en 75 millones más de personas y su territorio en un 25 por ciento adicional.
Cientos de miles de personas se congregaron en fiestas al aire libre, conciertos y ceremonias en las fronteras de los países, desde el Atlántico hasta el Báltico y el Mediterráneo, mientras la UE abría sus puertas a los nuevos miembros.
Los líderes políticos y personas de a pie saludaban el fin de una Europa dividida entre Oriente y Occidente, 15 años después de la caída del Muro de Berlín y 60 después del final de la II Guerra Mundial.
Para los europeos orientales de Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Estonia, Letonia y Lituania, la ampliación corona 15 años de reformas económicas, por lo general dolorosas, tras el colapso del dominio comunista.
La mayoría celebra, algunos protestan
"Era difícil imaginar esto hace 15 años", dijo Tadeusz Mazowiecki, quien fue el Primer Mandatario no comunista polaco después de que Solidaridad llegara al poder en 1989.
"Estamos convirtiéndonos en parte de una gran familia, con la que hemos estado relacionados durante años pero que ha estado separada por la historia", dijo en una fiesta al aire libre en los castillos reales de Varsovia.
Cerca, unos 2 mil nacionalistas radicales celebraron una manifestación anti UE, con eslóganes en los que comparaban a la UE con la ex Unión Soviética. "Vergüenza, vergüenza, vergüenza", coreaban.
La UE se enfrenta a cambios profundos al intentar integrar países más pobres, seguir siendo operativa con 25 miembros, y controlar el crimen organizado y la inmigración con las fronteras corriéndose 1.000 kilómetros hacia el este para lindar con Bielorrusia, Rusia y Ucrania.
Pero este fin de semana, la UE se tomó un respiro en sus peleas diarias sobre dinero, poder y cuotas de pesca para celebrar.
Más de 100 mil húngaros festejaron en el centro de Budapest, acompañados del frío, su regreso a Europa con miles de fuegos artificiales, música y champán.
En la histórica ex capital polaca, Cracovia, unas 40 mil personas lo festejaron con el tradicional sonido de trompeta desde la iglesia más alta de la ciudad, seguida del "Himno de la alegría" de Beethoven, el oficial de la Unión.
Cumbre en Dublín
Los líderes de la nueva unión de 25 naciones, que reúne a 450 millones de ciudadanos, sostendrán una cumbre el sábado para celebrar el nacimiento del mayor bloque comercial mundial, rival directo de Estados Unidos.
El azul era el color dominante en Dublín, en el cielo, en las incontables banderas europeas y los uniformes de los 5.000 policías que se mezclaban en las calles anticipándose a la llegada de los líderes.
Unas 100 mil personas se concentraban para tomar parte en un picnic gigantesco en un pequeño enclave cerca de la ciudad alemana de Zitau, donde confluyen las fronteras polaca, checa y alemana. El canciller alemán Gerhard Schroeder y sus homólogos polaco y checo acudieron a la fiesta.
El regocijo era menor en Chipre, donde un referendo el sábado pasado ratificó la división en la isla entre greco-chipriotas y turco-chipriotas, dejando a estos últimos aislados y en la pobreza.