CARACAS.- La exigencia de la oposición venezolana de que se permita un recuento paralelo manual y "en caliente" de los votos en el plebiscito revocatorio presidencial del próximo 15 de agosto, obtuvo hoy el sorpresivo apoyo de un diputado oficialista.
Luis Tascón, del partido del Presidente Hugo Chávez, indicó a la edición de internet del diario "El Universal" que su apoyo al sistema manual obedece a su temor de que EE.UU. haga uso de su poderío tecnológico para "interferir" en los sistemas automatizados del Consejo Nacional Electoral (CNE) a favor de la oposición.
"EE.UU. tiene cualquier cantidad de recursos, pero muchísimos, para poder interferir los dispositivos electrónicos", y si se mantiene la decisión del exclusivo uso de la tecnología en esa consulta contra Chávez, sin posibilidad de mecanismos manuales alternativos, no se podrá detectar un supuesto fraude en contra del gobernante, dijo.
Añadió que ha recibido "informaciones de inteligencia" al respecto y que, "para curarse en salud y eliminar una variable de fraude (...), estoy de acuerdo en corroborar el acta en función de los votos depositados en físico (...), proceso sencillo y que nos garantiza transparencia".
Tascón, identificado con el sector "duro" afín a Chávez, explicó que la resistencia oficialista al escrutinio "en caliente" (durante el proceso de votación), obedece a una "práctica reactiva" ante las opiniones y sugerencias del adversario.
"Si ellos dicen esto, yo digo lo otro (...); si ellos dicen automatización, nosotros decimos manual, y si la oposición dice manual, nosotros decimos automatización", subrayó y calificó todo ello como "una estupidez".
Oscar Battaglini, uno de los rectores del CNE identificado como afín a Chávez, ha señalado que cualquier sistema "paralelo" en la votación y en el escrutinio limitaría la autonomía del organismo, pero Tascón dijo que su planteamiento ya lo llevó ante Chávez y algunos rectores electorales, quienes estarían evaluándolo.
La automatización del referendo revocatorio del mandato de Chávez figura entre los puntos de la confrontación entre opositores y oficialistas, junto al papel de los observadores internacionales, cuya tarea el Gobierno pide que sea "regulada" por el autónomo CNE.
El canciller, Jesús Pérez, dijo hoy que la regulación prevendrá "desbordamientos" de las funciones de los observadores, pero aclaró que el Gobierno no desea limitarlas y sí que el CNE le fije "normas" que garanticen que cumplirán sus labores con "plena transparencia".