QUITO.- Al cabo de diez días de investigaciones y hermetismo, Ecuador confirmó hoy que "al menos un barco" de bandera ecuatoriana, aparentemente dedicado al tráfico ilegal de emigrantes, fue hundido por fragatas de guerra de Estados Unidos, pero aseguró que el ataque ocurrió en aguas internacionales.
"Sí, al menos un barco fue hundido, en mar abierto", reconoció el subsecretario de Relaciones Exteriores, Diego Stacey, e informó que ya hubo un pedido oficial al gobierno de Washington para que dé su versión de los hechos.
En entrevista con la cadena de televisión Teleamazonas, Stacey dijo que Ecuador sí autorizó que el barco fuera "removido" de las rutas de navegación, una vez que los emigrantes que llevaba a bordo habían sido transbordados. "Pero nadie autorizó que fuera hundido", añadió.
Preguntado sobre cuál será la actitud del gobierno de Quito, Stacey se limitó a decir: "Haremos lo que corresponda". Anticipó, sin embargo, que antes de tomar ninguna decisión, Ecuador esperará la versión del gobierno estadounidense.
El presunto hundimiento de barcos ecuatorianos por la Marina de Estados Unidos fue denunciado por la Asociación Latinoamericana de los Derechos Humanos (Aldhu), que aseguró que "al menos ocho" naves fueron atacadas en los últimos tres años.
Después de un duro desmentido inicial del canciller Patricio Zuquilanda, las investigaciones posteriores derivaron en la admisión de hoy, aunque limitada a un solo barco. "Por lo menos cinco de los ocho barcos presuntamente hundidos han sido localizados sin ningún daño", según un boletín oficial de la cancillería.
Stacey, por su parte, confirmó que los ocho barcos mencionados en la denuncia "habrían estado dedicados a llevar personas que querían entrar ilegalmente en Estados Unidos".
La denuncia de la Aldhu llevó a varios dirigentes políticos a pedir la denuncia unilateral del tratado dn 1999 por el cual Estados Unidos opera una base militar en el puerto de Manta, sobre el océano Pacífico, "exclusivamente para el control del narcotráfico en la región andina".
