BAGDAD.-El Gobierno interino del Primer Ministro, Iyad Allawy, declaró hoy una amnistía para los iraquíes que deja fuera a los condenados por delitos de sangre.
La amnistía no alcanza a los iraquíes convictos del asesinato de conciudadanos, violación, atentados terroristas, y a aquellos insurgentes envueltos en la muerte de miembros de los cuerpos de seguridad o de militares de la coalición ocupante encabezada por Estados Unidos.
Allawy, anunció también rueda de prensa, que no es necesario declarar el estado de emergencia para contener la insurrección chií en las provincias situadas al sur de Bagdad.
Los representantes gubernamentales en la ciudad santa de Nayaf dieron hoy un ultimátum a los milicianos rebeldes chiíes para que evacúen en 24 horas esa ciudad santa situada al sur de Bagdad y donde desde el jueves tropas de EEUU se enfrentan con los seguidores de Al Sadr en enfrentamientos que han causado decenas de muertos.
"La amnistía no es para la gente que ha cometido crímenes, quienes han matado. Esa gente será llevada ante la justicia", dijo el primer ministro interino.
La medida de gracia significa el perdón para los iraquíes implicados en delitos menores, como posesión de armas o de explosivos, y que no hayan participado en acciones violentas.
El Gobierno iraquí confía que la amnistía, aguardada durante algún tiempo, contribuya a reducir la animosidad de los insurgentes.
"La orden ha sido establecida para permitir que nuestros ciudadanos se reincorporen a la sociedad civil y participen en la reconstrucción de su país y la mejora de sus vidas, en vez de echar a perder sus vidas por una causa perdida", añadió Allawy.
