LA HAYA.- El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic reanudó hoy su batalla personal contra el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), al que acusó de "distorsionar la Historia" con "mentiras piadosas" y de "ser creado para encubrir los barbaries cometidas contra Yugoslavia".
Aunque con síntomas de cansancio en los ojos, un recuperado Milosevic arremetió contra la legalidad del TPIY, del que afirmó que fue creado "para proteger a aquellos que son verdaderamente responsables de un hecho histórico fundamental: la destrucción de un Estado europeo: Yugoslavia".
Tal y como se esperaba, el que fuera líder de los serbios durante trece años (1987-2000) defendió que los "verdaderos culpables del escalonamiento del conflicto en Yugoslavia" son el Vaticano, Estados Unidos y Alemania, que cometieron "un crimen contra la paz, sobre el que la jurisdicción de este Tribunal no tiene competencias".
Milosevic, cuya salud es delicada a causa de problemas de alta presión arterial, dijo que su país "fue aislado y excluido de la ONU sólo porque no aceptó su propia destrucción".
"Este tribunal es la forma más seria de discriminación contra un país", remarcó, cuestionándose "por qué no se ha creado una corte para todas las guerras sino solamente para una".
Milosevic, hablando más pausado que en otras ocasiones, siguió repitiendo, con notas escritas que no fueron facilitadas a los traductores, los mismos argumentos que introdujo durante su intervención en febrero de 2002, cuando comenzó su proceso.
De entre ellos, destacó la responsabilidad del mundo occidental en la destrucción de Yugoslavia, la inconstitucionalidad de las proclamaciones de independencia de Kosovo, Bosnia y Croacia, la ilegalidad del TPIY, que quiere "camuflar" la responsabilidad de los culpables, y el "interés" estadounidense en mantener su primacía de poder, representado por el bombardeo de la OTAN contra Yugoslavia en 1999.
El acusado explicó, aportando fechas históricas y citas de periódicos internacionales, que "fuerzas externas que proveyeron de armas a los secesionistas" fueron el "detonador del conflicto en Yugoslavia".
En este sentido, calificó de "sorprendente" el hecho de "reconocer fuerzas rebeldes" en territorios que "carecían de requisitos elementales para convertirse en Estados".
Acusó a la Administración de Bill Clinton de "establecer alianzas y convertirse en protectora de grupos terroristas como Al Qaida y Hizbulá, los mismos que después del 11 de septiembre (los atentados contra EEUU, en 2001) son motivo de su preocupación".
Sobre el papel de la Unión Europea en el conflicto balcánico, remarcó que "si la aspiraciones de EEUU y el Vaticano eran claras, lo que choca es el comportamiento de otras fuerzas europeas, siguiendo la influencia de Alemania".
Milosevic denunció la "ilegalidad" de los movimientos de secesión de Croacia, Kosovo y Bosnia, argumentando: "los serbios y yo hicimos todo lo necesario para proteger Yugoslavia de una secesión ilegal contraria a la Constitución yugoslava, que no le otorgaba el derecho de conseguir la separación maltratando a otra gente".
Contra los argumentos de la Fiscalía del TPIY, referidos a la creación de una "Gran Serbia", Milosevic dijo que "teorías vulgares sobre buenos y malos no ayudan a explicar hechos históricos".
Mostrándose arrogante, sentenció: "todo lo que digo es verdad y tener la verdad de tu parte es una garantía de victoria, mientras que tenerla en contra es humillante".
"Esta falsa acusación me ha dado muchos argumentos que soportan mi cuestionamiento de la legalidad de este tribunal", enfatizó, y acusó a la Fiscalía de "formar parte de una empresa criminal común con sus testigos -numerosos criminales que han testificado aquí- y los que están detrás de este tribunal ilegal".
También dijo que "los falsos documentos de organizaciones no gubernamentales" son "la madre de este tribunal (...) que no es un órgano independiente y es más un instrumento de guerra que de Justicia", y además "viola el Derecho Internacional".
Milosevic, acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad, entre ellos genocidio, durante las guerras de Kosovo, Croacia y Bosnia, contó hoy con cerca de cuatro horas para empezar a exponer sus argumentos.
A pesar de haberlo denegado dos veces, el juez jamaicano Patrick Robinson, que preside el proceso en sustitución del fallecido Richard May, decidió finalmente conceder a Milosevic una hora y media más de tiempo, por los "problemas técnicos y la ralentización necesaria de la exposición a causa de los traductores", por lo que la presentación de la defensa continuará mañana.