BANDAR SERI BEGAWAN.- Un cuento oriental se desarrolló hoy en el sultanato de Brunei, en el Sudeste asiático. En una ceremonia malaya, el príncipe heredero Muhtadee Billah, de 30 años, se casó con su novia, la plebeya Sarah Salleh, de sólo 17 años.
Varios miles de invitados de todo el mundo asistieron a la ostentosa boda, que costó aproximadamente cuatro millones de euros (unos 4,8 millones de dólares).
A continuación, los recién casados desfilaron sonrientes al frente de una caravana de coches compuesta por más de cien vehículos, para saludar a sus miles de súbditos.
La boda es considerada el evento del año en el pequeño estado estrictamente musulmán de la Isla de Borneo. La novia llevó un tradicional traje malayo en azul zafiro y un velo de seda a juego que llegaba hasta el suelo.
El príncipe también vestía un traje tradicional en color violeta claro y la cabeza adornada en dorado. Para sellar el matrimonio, el padre del novio, el sultán Hassanal Bolkiah, tomó la mano de su hijo y tocó con ella la cabeza de la novia.
Junto al príncipe Naruhito de Japón también estuvieron invitados numerosos jefes de Estado y de gobierno del Sudeste asiático. También la casa real británica estuvo representada.
Desde el viernes, fuegos artificiales iluminarán el cielo sobre Brunei durante tres noches consecutivas. El destino del viaje de bodas es un secreto.
Muhtadee Billah fue nombrado en 1998 oficialmente como príncipe heredero de Brunei. El joven, que estudió diplomacia, derecho, política y economía en Oxford, se convertirá en el trigésimo monarca cuando suceda a su padre, el sultán Hassanal Bolkiah.
Su joven esposa asiste actualmente a clases en una universidad local. Según se informó, la madre de la novia proviene de un pequeño pueblo de Suiza.
Los habitantes de Brunei se mostraron entusiasmados con la joven pareja. "Esperé durante horas en el sol para estar aquí", dijo Siti Aminah, de 64 años, que aguardaba en la acera para ver pasar el desfile de coches. "Ahora llueve, pero esto se vive sólo una vez en la vida".
Sobre un coche de la larga caravana también se presentaron las insignias de coronación del sultanato, entre ellas, un paraguas dorado, un arcón dorado con nueces, 16 espadas con mangos de oro y plata, así como pañuelos de seda adornados con piedras preciosas.
El sultán Hassanal Bolkiah era considerado hasta hace pocos años el hombre más rico del mundo debido a los inmensos yacimientos petrolíferos y gasíferos de su país, de sólo 310 mil habitantes. Tiene un palacio de 1.800 habitaciones, el más grande del mundo y de vez en cuando pilota un Jumbo o como hobby.
La última vez que hubo elecciones en Brunei fue en 1962. A cambio, los habitantes no tienen que pagar impuestos y la educación y la atención sanitaria son gratuitas.
