ASUNCION.- Un niño de 10 años secuestrado el lunes fue hallado muerto hoy en Asunción, por lo que el presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos, destituyó al ministro del Interior y al comandante de la Policía Nacional, en un intento por aplacar la indignación general.
A la ola de violencia que sacude al país desde hace unos días por una sucesión de delitos graves se sumó hoy la conmoción por el asesinato del niño Aníbal Armín Riquelme, de 10 años, secuestrado el lunes cuando salía de la escuela.
El cadáver del niño apareció hoy en un yuyal de Luque, a 15 kilómetros de Asunción.
Aníbal Riquelme era hijo de Pedro Riquelme, un empresario tabacalero de Ciudad del Este, a 330 kilómetros de Asunción.
Hace dos años, una hermana del niño asesinado, Katia Riquelme, entonces de 13 años, también fue secuestrada y su familia pagó por su rescate 50 mil dólares.
Familiares del niño informaron que los delincuentes que lo mantenían secuestrado pidieron el lunes por la noche una importante suma de dinero como rescate.
Los padres del niño, según relataron los familiares, no tenían la suma requerida y le ofrecieron a cambio la casa y una camioneta, pero no recibieron respuesta.
Según trascendidos de la prensa local los secuestradores exigían 70.000 dólares de rescate.
El martes por la noche fue asesinado en un asalto domiciliario Horacio Lane, de 17 años, alumno del exclusivo Colegio Americano de Asunción. El joven fue baleado en la cabeza.
En Ciudad del Este, esta semana, dos jóvenes mujeres fueron acribilladas a tiros.
A la ola de asesinatos se suman diariamente cientos de denuncias de asaltos callejeros, robos en viviendas, de vehículos, abigeatos, secuestros "exprés" y hurtos menores.
El presidente, de gira por Europa, informó en Alemania a través del Canal 9 de televisión que destituyó al ministro del Interior, Orlando Fiorotto, y al comandante de la Policía, comisario general Humberto Núñez.
En reemplazo de Fiorotto fue designado el actual procurador general, Nelson Mora, y el comisario general Carlos Zelaya para suceder a Núñez.
El vicepresidente, Luis Castiglioni, "está al mando de la república y tiene todo el apoyo del presidente", afirmó Duarte.
La Cámara de Diputados emplazó también hoy hasta mañana la renuncia del cuestionado fiscal general del estado, Oscar Latorre, y si no lo hace lo someterá a juicio político para su destitución.
El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), monseñor Claudio Jiménez, pidió a su vez "leyes bien firmes y severas" y reclamó su aplicación para evitar la impunidad.
"Porque es típico sacar una ley y después no hay un seguimiento", dijo Jiménez.
La violencia no afecta sólo a las ciudades, sino también a las zonas rurales, donde abundan las ocupaciones de propiedades privadas, el robo de ganado y de implementos agrícolas o la destrucción de los cultivos, y enfrentamientos entre cultivadores de marihuana en la frontera con Brasil.
Según afirmaciones oficiales, la policía está mal equipada para enfrentar a delincuentes cada vez más tecnificados.
Un reciente dato oficial indicó que de 11 mil agentes policiales, solamente 681 tienen chalecos antibalas, 1.553 tienen armas y 1.655 tienen radios, mientras de unas 750 comisarías solo 372 tienen vehículos patrulleros.
No obstante, "los cuadros policiales están inficionados por la corrupción y la inmoralidad", opinó hoy el diario ABC, que agregó que en los últimos tiempos abundaron casos en que policías integraron bandas de asaltantes y narcotraficantes.
"Hay un desgobierno terrible, pero para algunas autoridades es como si nada pasara", dijo hoy el analista político Carlos Martini.