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Juan Pablo II: "Dios no nos abandona nunca"

El Pontífice hizo esta afirmación en referencia a la tragedia del sudeste asiático en el Angelus de hoy.

02 de Enero de 2005 | 11:59 | ANSA
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II volvió hoy a manifestarse sobre los sufrimientos padecidos por millones de personas en el sudeste Asiático, asegurando que "Dios no nos abandona nunca, ni en las pruebas más difíciles y dolorosas".

"La fe nos enseña que ni en las pruebas más difíciles y más dolorosas, como las calamidades que han sacudido en los últimos días el sudeste asiático, Dios no nos abandona nunca", afirmó el pontífice durante el Angelus de hoy.

Con esas palabras el Papa se dirigió a los numerosos creyentes que en estos días se han interrogado sobre el sentido de la catástrofe, que ha causado más de 130.000 muertos, ofreciéndoles un mensaje de consuelo al hablarles de "la esperanza de un mundo mejor" que se puede tener si se sigue las enseñanzas de Dios.

Ante una plaza de San Pedro abarrotada de romanos y turistas, Juan Pablo II apareció en discreta forma física, si bien leyó todo el mensaje que precede la plegaria del Angelus.

Recordando las palabras del Evangelio, el octogenario Pontífice dijo que el "Verbo de Dios es la sabiduría eterna, que opera en el cosmos y en la historia, sabiduría que en el misterio de la encarnación de Jesús se reveló plenamente, para instaurar un reino de vida, de amor y de paz".

El Papa subrayó que la fe nos enseña que incluso "en las pruebas más difíciles y más dolorosas", como la catástrofe originada por el maremoto registrado el pasado 26 de diciembre, "Dios no nos abandona nunca: en el misterio de la Navidad vino a compartir nuestra existencia", añadió.

"El niño de Belén es aquel que, en vísperas de su muerte redentora, nos dejará el mandamiento de amarnos los unos a los otros como él nos ha amado", indicó el Papa, quien precisó que e en "la actuación concreta de este mandamiento suyo que Cristo hace sentir su presencia".

"Este mensaje evangélico da fundamento a la esperanza de un mundo mejor a condición de que caminemos en 'su' amor. Al inicio de un nuevo año, que nos ayude la Madre del Señor a hacer nuestro este programa de vida", afirmó Juan Pablo II.

El Papa concluyó saludando a los presentes y renovando los augurios de "paz y de bienestar" para el año recién iniciado.
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