LA PAZ.- La Central Obrera Boliviana (COB) convocó a una huelga para el próximo lunes para pedir la renuncia del Presidente Carlos Mesa, por considerar que su política es "anti-popular y golpea" la economía de los trabajadores del país.
La convocatoria de la huelga de 24 horas fue decidida el martes tras un intenso debate en el que participaron más de treinta sindicatos nacionales.
"El gobierno debe renunciar y llamar a las elecciones porque su política es una continuación de las medidas del ’gonismo’", dijo el secretario ejecutivo de la COB, el minero Jaime Salinas.
"Goni" es el apodo con el que se conoce a Gonzalo Sánchez de Lozada, que dejó la presidencia de Bolivia a causa de una revuelta popular en octubre del 2003.
La Central Obrera de Santa Cruz, que forma parte de la COB, había pedido ayer, martes, la dimisión de Mesa, con el apoyo de empresarios agrícolas y dirigentes cívicos de ese departamento y de Tarija, en el sur del país.
El viceministro de Gobierno (Interior), Adrián Oliva, consideró estas peticiones como una "conspiración" y las atribuyó a sectores minoritarios que no contribuyen a "buscar soluciones".
Las protestas volvieron a Bolivia a partir de las decisión de Mesa de incrementar el coste de los carburantes entre un 10 y 23%, lo que llevó a los transportistas a realizar ayer, martes, una huelga nacional que tuvo un acatamiento parcial.
Según Solares, los sindicatos de la COB, entre los que destacan por su fuerza de movilización los maestros y los sanitarios, también han resuelto asumir como bandera de lucha "la nacionalización de los hidrocarburos sin pagar indemnización" a las petroleras.
A juicio del sindicalista, sólo la recuperación del control por parte del Estado de los recursos petroleros, entregados en concesión desde 1996, puede asegurar la solución de los problemas económicos del país.
El paro de la COB coincidirá con otra huelga con carácter indefinido en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz.
La Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) reclama de esta manera un conjunto de demandas que incluyen la rescisión del contrato con la empresa Aguas del Illimani, filial de la francesa Lyonnaise des Eaux.
