GUATEMALA.— Pandilleros juveniles de un populoso barrio de Guatemala amenazan con matar a cuatro empleados de las empresas de transporte que cubren una ruta capitalina si no acceden a pagar el incremento en el "impuesto de guerra".
Los conductores de unos 60 autobuses que cubren dicha ruta decidieron paralizar el servicio debido a la falta de seguridad, mientras deciden si pagarán el aumento del impuesto que pasaría de dos a tres dólares por día.
El comisario de la subestación policial de la zona, Hugo Blanco, dijo el lunes a la agencia AP que los pandilleros les dijeron a los conductores que matarían a dos de ellos y a dos inspectores de las líneas de transporte "si no les pagan el aumento".
Agregó que los delincuentes también quieren que sea uno de los inspectores quien se encargue de recolectar el impuesto.
La policía ofreció protección a los empleados de los autobuses y se presentó al lugar, pero uno de los conductores dijo a una radioemisora que "los pandilleros van a salir cuando se vayan las fuerzas policiales".
Datos oficiales indican que en la capital guatemalteca hay unos 100 mil jóvenes vinculados de alguna forma a las pandillas juveniles.
El actual gobierno de Guatemala hizo algunos esfuerzos al principio de su gestión, en enero de 2004, por combatir las pandillas. Sin embargo, no ha pasado de abrir proyectos piloto de reinserción social.
En las últimas semanas, un repunte en la violencia de o hacia las pandillas ha sacudido la capital.
El viernes, seis personas, supuestamente vinculadas a una pandilla, aparecieron dentro de una cueva con un tiro en la sien.
Durante el fin de semana, otros cinco supuestos antisociales fueron muertos a tiros en diferentes sectores de la periferia capitalina.
Grupos de derechos humanos han atribuido la violencia a una limpieza social.
En tanto, la policía sostiene que se trata de enfrentamientos entre bandas rivales de pandilleros o el crimen organizado.
