LA PAZ.- El Presidente Carlos Mesa preparaba el lunes su renuncia para enviarla al Congreso Nacional en medio de reacciones a favor y en contra a su sorpresiva decisión anunciada la noche del domingo.
Paralelamente, políticos y legisladores analizaban posibles salidas legales y políticas a la crisis institucional que vive Bolivia.
El ministro de la Presidencia, José Galindo anunció el lunes que la carta de renuncia será enviada en las próximas horas y que el mandatario aguardará en el Palacio de Gobierno la respuesta del Congreso, que debe aprobarla o rechazarla.
Todavía no se conoce si los legisladores se reunirán el lunes o martes.
Centenares de personas se reunieron el lunes cerca del Palacio de Gobierno para manifestarle su apoyo. Cuando Mesa llegó a su despacho fue ovacionado por sus seguidos. El mandatario los saludó sonriente al bajar de su vehículo.
En su mensaje del domingo, Mesa interpeló a los líderes de las protestas que en los últimos días paralizaron al país con diversas demandas y colocaron a su gobierno contra la pared.
"Venga usted Evo Morales a gobernar y verá lo que es la administración del Estado", dijo Mesa en una referencia directa al diputado y líder cocalero, antes de anunciar que presentaría su renuncia al Congreso.
Miles de personas se congregaron espontáneamente en la Plaza Murillo, sede el Palacio de Gobierno el domingo en la noche y la madrugada del lunes, para apoyar al mandatario y pedirle que continúe.
Mesa, acompañado por sus ministros y principales asesores agradeció desde el balcón del Palacio de Gobierno.
Idénticas manifestaciones tuvieron lugar en las ciudades de Cochabamba y Oruro, en el occidente de Bolivia.
Todavía el lunes la ciudad de El Alto amaneció con algunas avenidas bloqueadas, pero la situación tendía a normalizarse. En algunos barrios de esa urbe vecina de La Paz las juntas vecinales preparaban una marcha que concluirá en un cabildo abierto que ya estaba convocado antes de conocerse la decisión de Mesa.
Otras carreteras todavía seguían bloqueadas en distintos sitios del país por distintas demandas.
La ciudad de La Paz amaneció en calma el lunes y las actividades eran normales.
La Plaza Murillo no estaba cerrada al tráfico aunque la policía permanece acuartelada, dijo su comandante, general David Aramayo.
Reacciones políticas
Entre los líderes políticos la reacción es encontrada. La jefa del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) el partido del depuesto presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, Mirtha Quevedo, dijo que el Congreso debería aceptar la renuncia. "Hay que ir a una sucesión constitucional para que próximamente se llame a una elección", dijo la senadora.
Morales que había convocado a masificar los cortes de ruta desde el lunes exigiendo que las petroleras paguen el 50% de sus utilidades, calificó de "chantajista" al mandatario.
"Mesa está chantajeando al pueblo, nadie pidió su renuncia. Ahora aparece defendiendo a las transnacionales", dijo.
Pero su partido, que es la segunda fuerza en el Congreso, recién se reunirá el lunes para tomar una decisión.
"Lo que necesitamos ahora es serenidad y responsabilidad", dijo el lunes el ex presidente Jaime Paz Zamora, cuyo partido el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MIR) es la cuarta fuerza legislativa.
El presidente de los empresarios, Roberto Mustafá opinó que "el presidente debe seguir gobernando", mientras el alcalde de La Paz, Juan del Granado pidió a Mesa "que retire su renuncia".
En un tono duro, Mesa dijo en su mensaje que "este es el país de los ultimátum, el país de las personas que se enrollan con dinamita para exigirnos que hagamos cualquier cosa. Bolivia no se puede gobernar con esa lógica".
"¿Qué es lo que hemos hecho para que Evo Morales decida poner al país en jaque, bloquearnos a todos, bloquear a Bolivia"?, acotó.
Al mismo tiempo dijo que no aceptará una ley de hidrocarburos "inviable" y que tampoco expulsará a una empresa francesa que abastece de agua a El Alto, como reclaman los vecinos de esa urbe, porque el país correría el peligro de un "bloqueo internacional".
Explicó que esa empresa rescindirá contrato en forma concertada para evitar perjuicios al Estado.
Según el analista Róger Cortez, Mesa realizó una "movida política riesgosa" que tiene como propósito arrinconar a los sectores en protesta y generar una tregua sabiendo de antemano que generará mayor rechazo en el país la posible elección del presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez.
Pero el riesgo está, según Cortez, en que el Congreso puede aceptar la renuncia y nombrar al presidente de la Corte Suprema, Fernando Rodríguez, para que éste convoque a elecciones inmediatas para completar el período constitucional que finaliza el 6 de agosto de 2007.
De acuerdo con la Constitución, ante la renuncia del presidente, asume el presidente del Congreso, o el jefe de la Cámara de Diputados o en su caso el Presidente de la Suprema.
Mesa acaba de cumplir 15 meses en el gobierno, tras suceder a Gonzalo Sánchez de Lozada que fue depuesto por una cruenta revuelta popular que dejó 56 muertos en octubre de 2003, quien también gobernó 15 meses.
