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Cena con salmón chileno para solucionar impasse a exportación a Brasil

Embajador Puccio ofreció recepción a delegación brasileña.

20 de Abril de 2005 | 19:35 | El Mercurio en Internet
BRASILIA.- En una cena cuyo platillo central fue el salmón chileno, el Embajador de Chile en Brasil, Osvaldo Puccio, ofreció una recepción en la sede de la delegación diplomática en Brasilia, a la que concurrió en representación de Brasil el Ministro de Aquicultura y Pesca, José Fritsch y altas autoridades de la Secretaría de Estado, la cual que se encarga de los temas del mar y de la pesca en ese país.

De Chile asistieron, especialmente invitados, el Director del Servicio Nacional de Pesca, Sernapesca, Sergio Mujica, el presidente de SalmónChile, Carlos Vial, altas autoridades de organizaciones exportadoras chilenas y representantes de los importadores brasileros de salmón chileno.

En ese sentido, el Ministro de Aquicultura y Pesca de Brasil, José Fritsch señaló que no había peligro alguno en consumir el salmón chileno congelado que actualmente importa su país desde Chile.

Por su parte el director de Sernapesca, Sergio Mujica enfatizó que Chile exporta salmón a diversos mercados del mundo, bajo estrictas normas de calidad, lo que le ha permitido mantener una presencia en los mercados más exigentes sin que a la fecha se haya cuestionado a nuestros productos por una eventual presencia de parásitos.

El Embajador Puccio lamentó la confusión que se había producido con el salmón chileno en Brasil, pero, al mismo tiempo, agradeció al Ministro de Aquicultura y Pesca de este país la defensa que ha hecho del producto chileno y se manifestó satisfecho porque las autoridades brasileras han señalado expresamente que no existe peligro alguno en el consumo de salmón importando de Chile.

Expertos sanitarios brasileros explicaron a periodistas de medios locales la diferencia entre el salmón importado de Chile, que es el único que se consume en Brasil, y que llega congelado a más de 20 grados bajo cero, y otros pescados frescos, provenientes incluso de las propias costas brasileras, que podrían llegar a convertirse en transportadores de algunos parásitos dañinos para el ser humano.