MADRID.- El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente regional vasco en funciones, Juan José Ibarretxe, constataron hoy que se ha abierto un tiempo en el que será posible encauzar un futuro de paz en el País Vasco.
Según fuentes oficiales, en esto coincidieron los planteamientos expuestos por ambos en la entrevista que mantuvieron esta mañana durante dos horas en el Palacio de la Moncloa, la sede de la presidencia del Gobierno español.
La entrevista se desarrolló en un clima de cordialidad y en ella se consideró que se ha abierto un tiempo "de serenidad, prudencia y diálogo para abordar la normalización política" del País Vasco, al tiempo que se abogó por impulsar el diálogo entre todas las fuerzas políticas para contribuir a la paz y el fin de la violencia.
En la reunión, según las fuentes, el "lehendakari" (presidente vasco) estuvo menos reivindicativo que en ocasiones anteriores y no se abordó en ningún momento el plan soberanista con el que Ibarretxe quiere hacer del País Vasco un "estado libre asociado" a España.
El Gobierno regional vasco informó en un comunicado difundido tras la reunión de que "se ha constatado que se inicia una nueva fase política caracterizada por la búsqueda permanente de espacios de debate, de diálogo y de encuentro".
En el comunicado, se destacó que el "lehendakari" trasladó a Zapatero su "compromiso y su voluntad para impulsar un clima de diálogo y entendimiento que haga posible la consecución de la paz y la normalización política" en esa región del norte de España.
Además, el líder vasco "desea transmitir como fruto del encuentro un mensaje de serenidad a la sociedad vasca, porque nos hayamos ante una oportunidad que no podemos desaprovechar", se añadió en la nota.
Escenario post eleccionario
La entrevista entre Zapatero e Ibarretxe, la segunda en los últimos cuatro meses, había despertado una gran expectación.
El motivo de la reunión, solicitada por Ibarretxe, era analizar la situación en el País Vasco tras las elecciones del pasado 17 de abril, en la que ninguna fuerza política logró una mayoría clara, e impulsar un clima de diálogo para el fin de la violencia terrorista.
Las partes convinieron no comparecer ante la prensa para favorecer que el diálogo político avance sin interferencias.
El presidente vasco pidió ayer discreción -"para conseguir las mejores fotos del mundo hay que estar en una sala oscura"- y Rodríguez Zapatero accedió, lo que llevó al conservador Partido Popular (PP) a criticar la "falta de transparencia" del Ejecutivo.
El compromiso vasco
"Mi aportación será que no haré declaraciones tras la reunión", adelantó Ibarretxe, que mantiene abierta la ronda de contactos para conseguir una mayoría parlamentaria suficiente en la cámara regional vasca que le permita gobernar los próximos cuatro años.
Lo tiene difícil, porque la coalición que encabeza, formada por el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Eusko Alkartasuna (EA), perdió muchos votos en las elecciones del 17 de abril, lo que fue interpretado como un rechazo de los vascos a su plan soberanista.
La consecuencia de ese retroceso es que no podrá reeditar la fórmula del "tripartito" de la pasada legislatura, en la que gobernó con el apoyo de la coalición de mayoría comunista Izquierda Unida-Ezker Batua (IU-EB) y tendrá que buscar apoyos puntuales.
