MADRID.- Dos activistas de la organización separatista vasca ETA fueron condenados el viernes por un tribunal español a 2.775 años de cárcel cada uno por haber intentado perpetrar un atentado, en 2003, contra un tren en una estación madrileña, informaron fuentes judiciales.
Gorka Loran y Garrikoitz Arruarte fueron encontrados culpables de pertenecer a una organización armada, de porte ilícito de armas y de 184 intentos de asesinato, cifra que corresponde al número de personas que se encontraban en el tren.
La sentencia afirmó que aunque los etarras habían programado la bomba para que explotara cuando el tren estuviera ya vacío, "el artilugio podía haber estallado en cualquier momento anterior a causa de otra maleta o bulto que se colocara sobre él, por un golpe fortuito o al recibir una descarga eléctrica natural como la generada durante una tormenta o por el propio movimiento del tren".
La defensa de los procesados alegó que no podían imputarse delitos de asesinato porque los procesados "no tenían intención de causar la muerte", sino "grandes daños que, en su caso, constituirían un delito de estragos en grado de tentativa", ya que, dice, la explosión estaba programada para 45 minutos después de la llegada del tren a su destino final, y además tenían intención de avisar.
Sin embargo, la sala consideró que "de haberse producido la explosión, dada la potencia de la dinamita y el medio de transporte, habría provocado numerosas muertes. Es muy probable que todos los pasajeros del tren y las personas que se encontraban en los alrededores hubieran muerto".
La legislación española permite imponer penas por varios años, pero la máxima condena que cumple un preso actualmente es de 30 años de reclusión.
