LA PAZ.- El Presidente de Bolivia, Carlos Mesa, abandonó el Palacio de Gobierno debido a la amenaza que representaba la multitudinaria manifestación de protesta efectuada este lunes en La Paz, que derivó en enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Fuentes del Ejecutivo indicaron que el mandatario salió de la sede de la Presidencia cerca de las 13:30 horas (17:30 GMT), cuando una auténtica marea humana llegó hasta la plaza Murillo, donde también están el Palacio del Congreso y la Cancillería.
El vocero presidencial, Osvaldo Candia, declaró a los periodistas que los principales asesores aconsejaron a Mesa salir del Palacio, sugerencia que fue aceptada inmediatamente por el gobernante y la mayoría de sus colaboradores.
Durante más de una hora, los manifestantes se agolparon a una cuadra del lugar e hicieron estallar petardos y pequeñas cargas de dinamita, denominadas "cachorros" y que son habituales en las protestas sindicales del país.
El acoso de los manifestantes fue repelido por decenas de policías, con el uso de gases lacrimógenos y un vehículo antidisturbios.
Al mismo tiempo, medio centenar de soldados del Ejército ingresó al Palacio de Gobierno y algunos, armados con fusiles, fueron desplazados a las bocacalles adyacentes.
La defensa de la Plaza Murillo fue dirigida personalmente por el ministro del Interior, Saúl Lara, quien se quedó en la puerta del Palacio aún después de la salida del Presidente Mesa y de otros altos funcionarios.
La protesta de este lunes en La Paz fue la mayor de los últimos meses y fue protagonizada por pobladores de la ciudad de El Alto, así como por campesinos, maestros y mineros.
La huelga en El Alto y los bloqueos en los caminos de Bolivia, exigen la convocatoria a una Asamblea Constituyente y la nacionalización de los campos de petróleo y gas natural.
