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Argentina enterró sus ahorros de toda la vida y se los robó un zorro

Por desconfianza a los bancos, una mujer de 63 años, envolvió los billetes con papel, los introdujo en una caja y los enterró. Ahora duda hasta de los animales.

21 de Julio de 2005 | 13:13 | DPA

Los zorros son conocidos por "robarse" pequeños botines y llevarlos a sus cuevas.
CÓRDOBA, Argentina.- Una mujer argentina, de 63 años, casi se muere de un susto cuando descubrió hoy que los ahorros de toda su vida, que había enterrado en el jardín de su casa, en la provincia de Córdoba, habían desaparecido, mientras ella estaba en Buenos Aires.

La mujer contó que tras la crisis bancaria del año 2001 había retirado sus ahorros de un banco local y los tenía en su casa, celosamente guardados.

Sin que nadie lo supiera, ni siquiera su esposo, la mujer envolvió cuidadosamente los billetes con papel y nylon, los introdujo en una caja, después en un envase plástico y los enterró en el fondo de su casa.

Colocó encima una piedra y después, prolijamente, niveló el terreno y plantó unas flores que dieron nacimiento a un pequeño jardín, que en realidad, escondía su anhelado tesoro.

Tragedia con final feliz

Pero hoy, al volver de Buenos Aires, casi muere del susto. La tierra de su jardín estaba revuelta, la piedra que ocultaba el envase con el dinero había sido removida de su lugar original y... ¡el dinero no estaba!

En un primer momento, la mujer dudó sobre qué hacer, pero en seguida notó unas huellas de animal en la zona, y se acordó de que los zorros, que abundan en el lugar, suelen robarse todo lo que encuentran.

Con un poco de esperanza y algo de coraje, la mujer se decidió a seguir aquellas huellas y a unos 300 metros de su casa, en una zona boscosa de las colinas cercanas, encontró el escondite de los zorros, donde habitualmente depositan los 'botines' de sus fechorías.

Con mucho cuidado, la mujer se dedicó a revolver entre la basura y "la vida le volvió al cuerpo" cuando divisó el envase plástico intacto, y en su interior, los ahorros de toda su vida.

El dilema de esta mujer jubilada es ahora dónde colocar su dinero. Como muchos argentinos, sigue desconfiando de todos: de los bancos, de su entorno y ahora también hasta de los animales.
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