RAMADI, Irak.- Un ataque contra una patrulla estadounidense seguido por un tiroteo de los soldados dejó 15 iraquíes muertos y 17 heridos en una localidad al oeste de Bagdad, informaron el sábado los habitantes de la zona, pero el ejército de Estados Unidos dijo que no era responsable
Los habitantes de Nasaf, localidad situada a las afueras de Ramadi, dijeron que el viernes una bomba explotó junto a una carretera al paso de una patrulla estadounidense por la mezquita Ibn al-Jawzi tras las oraciones de ese día.
Añadieron que las tropas estadounidenses abrieron fuego inmediatamente tras la explosión, disparando a los que salían de la mezquita.
Munem Aftan, director del hospital de Ramadi, informó que quince personas murieron, entre ellos ocho niños, y 17 resultaron heridos.
Charcos de sangre podían verse en las puertas de la mezquita, cuyas paredes se apreciaban agujeros de bala.
Sin embargo, el ejército dijo que sus tropas no se habían visto implicadas en ningún tiroteo en la zona.
’’Las fuerzas de Estados Unidos no estuvieron implicadas en ningún incidente’’, dijo el capitán Jeffrey Pool, portavoz de los marines en Ramadi, en un correo electrónico.
El capitán no comentó si se había producido un ataque con bomba contra una patrulla estadounidense ni si había víctimas entre los soldados.
La cifra de muertes era en principio dos, según los residentes, pero los médicos dijeron posteriormente que ese número había crecido durante la noche, ya que varios de los heridos fallecieron luego.
Los civiles iraquíes se quejan a menudo de que los soldados estadounidenses abren fuego indiscriminadamente cuando son atacados. El ejército de Estados Unidos dice que hace todo lo posible para evitar víctimas entre los civiles.
Grupos de defensa de los derechos humanos han documentado decenas de casos en los que los civiles han recibido disparos y muerto tras aproximarse a los controles militares demasiado rápido, o por no seguir las instrucciones de mantenerse alejados de los vehículos estadounidenses cuando pasan.
Las bombas junto a la carretera - explosivos o buses enterrados junto a la carretera y activados cuando pasan los vehículos estadounidenses - son el elemento más mortífero para los soldados de Estados Unidos en Irak.
En el episodio más sangriento de este tipo, también en el oeste de Irak, catorce marines murieron cuando un vehículo quedó destruido por una mina a inicios de este mes.
Un general estadounidense dijo el viernes que estos ataques se duplicaron en el último año, aunque el número de afectados había disminuido por el creciente uso de tanques.
