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Nuevo canciller peruano deja su cargo en medio de crisis política

El controversial aliado político del presidente Alejandro Toledo acordó abandonar su cargo después de que su nombramiento generó la dimisión de todo el gabinete del mandatario.

13 de Agosto de 2005 | 22:45 | AP
LIMA.- Un controversial aliado político del presidente peruano Alejandro Toledo acordó el sábado abandonar su cargo de canciller, dos días después de que su nombramiento generó la dimisión de todo el gabinete del mandatario.

Fernando Olivera dijo a los periodistas que Toledo le pidió su renuncia la noche del viernes, un día después de que el primer ministro Carlos Ferrero renunció como protesta por su nombramiento. Eso obligó a Toledo a pedirle la dimisión a todos sus ministros, como lo exige la Constitución cuando el jefe del gabinete renuncia.

Olivera dijo que estaba muy dolido porque Toledo no lo apoyó, aunque anunció que su partido, el Frente Independiente Moralizador, no iba a tomar represalias contra el gobierno. "Estaremos siempre allí para defender la gobernabilidad y la moralidad a cambio de nada, como siempre lo hemos hecho, con la única condición de que siga por el buen camino el presidente Toledo y que haya moralidad", señaló Olivera.

Sin embargo, señaló que la cercana alianza entre su partido y el Perú Posible de Toledo había sufrido un daño irreparable. "¡Nunca más integraré ningún gabinete del presidente Toledo! Nunca más ningún integrante del Frente Independiente Moralizador participará en cargo alguno de este gobierno!", indicó Olivera.

El respaldo de Olivera ayudó a Toledo a ganar un período presidencial de cinco años en el 2001 y la alianza de su pequeño partido de tendencia centrista había sido clave para la defensa del mandatario en el Congreso, donde ha sido víctima de constantes ataques y un intento fallido de llevarlo a juicio político en mayo.

El bloque gubernamental perdió el control de la mayoría el año pasado debido a las deserciones y en medio de escándalos políticos casi constantes. La semana pasada, Olivera se enfrentó abiertamente con varios ministros de Toledo por su apoyo a algunos decretos locales que legalizan el expandir los cultivos de la hoja de coca, una materia prima para la cocaína. Sin embargo, se retractó de esa postura el viernes, durante una ceremonia en el Ministerio del Exterior, donde afirmó que Perú debe mantenerse firme en su combate al narcotráfico.

Olivera dijo que asistió a la ceremonia ante el apremio de Toledo y le garantizó que se mantendría en su puesto diplomático. Sin embargo, todo cambió el viernes por la noche, durante horas de tensas discusiones dentro del palacio de gobierno.

Olivera se considera víctima de una emboscada política preparada por Ferrero, quien se reunió el miércoles con él y con Toledo y suscribieron de manera conjunta el decreto que lo designaba como ministro de Asuntos Exteriores.

La crisis política estalló casi inmediatamente después de que presentó su protesta el jueves. "El que firma acá, Carlos Ferrero, es el mismo que a los tres minutos de mi juramento anunció su renuncia", dijo Olivera con amargura y exhibía el documento. "Esta es la prueba de cómo es que ha actuado con premeditación y alevosía para pretender asesinarme política y moralmente. Esa renuncia fríamente calculada con premeditación y alevosía es la que crea la crisis, no mi nombramiento como canciller", agregó Olivera.
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