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Israel inicia histórica retirada de la Franja de Gaza

Desde la medianoche local (17:00 horas en Chile), la presencia de colonos israelíes en la zona es ilegal, por lo que deben abandonar voluntariamente sus hogares o bien serán desalojados por la fuerza a partir del próximo miércoles.

14 de Agosto de 2005 | 17:11 | AFP

Un cartel instalado en la barrera de entrada a la Franja de Gaza, advierte que el ingreso a la zona está prohibido por ley.
CRUCE DE KISSUFIM, Israel.- El gobierno israelí dio inicio a la medianoche del domingo (17:00 horas de Chile) a la operación de retirada de las 21 colonias de la Franja de Gaza, tierra que será restituida a los palestinos tras 38 años de ocupación.

"A partir de ahora, entrar y permanecer en Gaza está legalmente prohibido para los israelíes", declaró la mayor Sharon Feingold, una portavoz del Ejército.

El plan de "desconexión", como lo llaman las autoridades israelíes, se inició con una ceremonia simbólica celebrada en el puesto fronterizo de Kissufim, la puerta a las colonias israelíes de la franja.

A partir de ese momento, el retén cerró y la zona quedó completamente acordonada, es decir, nadie podrá entrar ni salir si no es acompañado de miembros del Ejército.

Durante la mañana del lunes, los soldados israelíes llamarán puerta por puerta a las casas de los colonos para pedirles que abandonen sus hogares ya que su presencia en la zona es a partir de ahora ilegal.

"Los residentes deben abandonar sus casas y salir de la Franja de Gaza a partir de la medianoche del 14 de agosto. A esa hora, el retén de entrada a la franja quedará cerrado y la presencia en la región estará considerada ilegal", según había señalado en un comunicado el general Dan Harel, a cargo de la división sur del Ejército israelí.

Desde el mediodía, las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas se desplegaron en la Franja de Gaza para que la evacuación de los asentamientos transcurra sin violencia.

Decenas de colonos, de un total de más de 8.000, ya abandonaron sus casas, a las que llegaron después de la guerra de los Seis Días en 1967, pero la mayoría desea resistir hasta el final y no pierde la esperanza de quedarse en la que consideran tierra de Israel.

Muchos de ellos se sienten traicionados porque los mismos gobernantes que los llevaron hasta Gaza les obligan hoy a abandonarla.

"La retirada de la Franja de Gaza no significa ninguna concesión a nuestro deber de luchar contra el terrorismo venga de donde venga. Quien piense que nuestra salida es una rendición se equivoca", declaró el viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert.

Desde el 15 y hasta el 17 de agosto, los colonos de estas implantaciones podrán abandonar sus casas con la ayuda y escolta de los soldados de forma pacífica. Pero a partir del miércoles, 40.000 soldados y policías desalojarán por la fuerza a los habitantes de los asentamientos.

A las tropas israelíes se suman 7.500 policías palestinos que están ya preparados al otro lado de las colonias para garantizar que la evacuación se lleve a cabo sin problemas.

Los responsables militares israelíes advirtieron que la retirada de Israel de la franja se interrumpirá si el Ejército es atacado por facciones palestinas.

"No vamos a una batalla y esto lo tienen que entender todos, hasta el último soldado. Aquí no hay guerra, no buscamos ganar o derrotar a nadie", declaró el general Dan Halutz, jefe del Estado Mayor israelí.

Sin embargo, los soldados deberán hacer frente a entre 3.000 y 4.000 activistas de derecha que se oponen a la retirada y que se infiltraron en la Franja de Gaza estas últimas semanas.

Por otra parte, una manifestación de protesta contra la retirada israelí de la Franja de Gaza fue organizada frente a las oficinas del Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, en Jerusalén.

Para Israel, salir de Gaza, 360 km2 donde conviven con 1,4 millones de palestinos, es una decisión dolorosa e histórica que marca un punto y aparte y corta de cuajo con la política llevada a cabo por sus últimos gobiernos, fueran de izquierda o de derecha.

Durante la jornada del domingo, centenares de colonos judíos se han reunido en el cementerio del bloque de asentamientos de Gush Katif para visitar las tumbas de sus familiares o amigos, que también serán trasladadas a otros puntos de Israel.

Además, los servicios de seguridad del Estado hebreo estaban en alerta máxima con motivo de la jornada de ayuno y oración de Tishá Be Av, celebrada el domingo, en la que los judíos recuerdan las destrucciones del templo de Jerusalén, cuyo único vestigio existente es el Muro de los Lamentos.

La policía israelí teme que extremistas judíos provoquen a musulmanes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén o decidan cometer un atentado contra estos lugares santos.

En total, el Estado hebreo calcula que harán falta tres o cuatro semanas para evacuar a todos los habitantes de las 21 colonias de Gaza a los que se suman los de cuatro asentamientos aislados de Cisjordania, que serán desmantelados posteriormente. A este tiempo, habrá que añadir seis semanas para echar abajo todas las casas y trasladar estructuras militares antes de restituir la Franja de Gaza.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, confió en que esta retirada sirva para relanzar la "Hoja de Ruta", plan de paz internacional para la región que exige el fin de la colonización judía y prevé la creación de un Estado palestino.

"Hoy es Gaza y mañana si Dios quiere, Jerusalén", clamó esta semana el líder palestino.

Sin embargo, Sharon ya ha advertido de que la retirada de la franja no implica que en Cisjordania, donde las colonias crecen cada día un poco más, vaya a ocurrir lo mismo ni que se renuncien a partes de Jerusalén.

En total, el "plan de desconexión" de Gaza costará a las arcas de este Estado unos 1.800 millones de dólares repartidos en tres años.
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