SAO PAULO.- El niño brasileño Tiago Félix de Souza, de 9 años, fue rescatado ayer domingo desde el fondo de un pozo de veinte metros de profundidad, donde pasó siete días alimentándose con el agua de la lluvia.
El niño, que fue hallado en estado de desnutrición, deshidratación y con heridas leves en el cuerpo, fue llevado a un hospital de Guarulhos, donde quedó internado en una sala de cuidados intensivos, sometido a una batería de exámenes en busca de eventuales infecciones.
El padre del menor, Benedito Félix Aparecido de Souza, salió a buscar a su hijo el domingo, por séptimo día consecutivo desde que desapareció, llamándolo a gritos por una zona de producción agrícola.
Cuando pasó cerca del pozo, el niño escuchó la voz de su padre y respondió con pedidos de auxilio.
"Fue una emoción muy grande cuando lo encontré", declaró de Souza a la red televisiva Globo.
El hombre, un labrador que trabaja en una chacra de la región, llamó al Cuerpo de Bomberos, el que rescató a Tiago del fondo del pozo, el que se encontraba sin fracturas pese a haber caído de una altura de 20 metros, y lo trasladó luego al hospital municipal, donde quedó internado.
Tiago, undécimo hijo de de Souza, desapareció después de llevar el almuerzo a su padre, el lunes pasado, al campo en el que trabajaba. Al regresar a su casa no vio el pozo, escondido entre las malezas, y cayó. Los bomberos ya habían abandonado la búsqueda.
