Tomasso habría muerto media hora después de su secuestro. |
ROMA.- Diversos sectores de la sociedad italiana, desde políticos a ciudadanos, pidieron hoy pena de muerte para los secuestradores de un bebé asesinado aparentemente porque lloraba mucho.
En las gradas de la jornada del fútbol dominical se leyeron pancartas que destacaban la brutalidad del crimen y pedían pena de muerte para los asesinos, algo no considerado por las leyes de Italia, país miembro de la Unión Europea.
"Creo que si no fuéramos cristianos, hoy estaríamos a favor de la pena de muerte", comentó a la prensa desde Boloña Pier Ferdinando Casini, líder del partido Demócrata Cristiano, miembro de la coalición gubernamental.
El Papa Benedicto XVI y el Presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, deploraron el asesinato de Tommaso Onofri, de 17 meses, divulgado anoche.
El sospechoso, Mario Alessi, con antecedentes por violación, guió a las autoridades hasta el cadáver, pero no confesó haber participado en el crimen, según habría informado su abogado.
La televisión estatal interrumpió su programación anoche para informar que el niño fue asesinado por los secuestradores poco después de que se lo llevaran de su casa el 2 de marzo, en el norte de Italia, cerca de Parma.
Según la prensa, los secuestradores, que trataban de huir con el niño en una moto, tuvieron un accidente menor que lo hizo llorar. Como no dejaba de llorar, presuntamente lo mataron porque temían que su llanto llamara la atención.
Los últimos reportes indican que el niño fue asesinado media hora después del secuestro.
Nicola Vitale, jefe del equipo especial de la policía de Parma, dijo que los dos sospechosos del secuestro y la mujer que acompañaba a uno de ellos, estaban siendo interrogados. No se ha precisado cuándo serán presentados ante el juez.
Vitale además precisó que la policía inspeccionaba el área donde el cuerpo fue encontrado.
"Vi policías llorando. Hasta el final esperábamos que el niño apareciera vivo", comentó a la radio estatal el jefe de la Policía de Parma, Vincenzo Stringone.
El plagio del bebé mantuvo a la nación en vilo durante semanas. El Papa Benedicto XVI estuvo entre los que reclamaron la liberación inmediata e incondicional del infante.
"Cada familia italiana llora la muerte de Tommaso", dijo hoy Ciampi en un comunicado.
"Desde anoche, cuando nos enteramos de la noticia terrible, mi esposa y yo experimentamos un horror que quita el aliento y nos congeló hasta los huesos", indicó Ciampi.
Benedicto XVI dijo a los peregrinos en la Plaza de San Pedro: "Todos estamos horrorizados por el caso del pequeño Tommaso, bárbaramente asesinado; oremos por él y por todas las víctimas de la violencia".
La radio estatal dijo hoy que los secuestradores, los mismos que habían remodelado la vivienda de los padres de la víctima, sabían que el padre era el jefe de una oficina local de correos y esperaban pedir 1 millón de euros (1,2 millones de dólares) de rescate, presumiblemente de los fondos del correo, donde muchos italianos tienen cuentas de ahorro.
"No es agradable saber que gente tan cruel exista en tu país", comentó Mara Antinucci mientras paseaba a su hijo en una calle de Roma.