BRUSELAS.- El asesinato de una mujer africana y una niña de dos años, en un ataque con móviles racistas, estremeció hoy a la opinión pública y el mundo político en Bélgica.
Un joven belga de 18 años admitió hoy en su primera declaración que quiso matar a personas de origen extranjero. El estudiante había asesinado días atrás en el centro de Amberes a una joven mujer de 24 años, proveniente de Mali, y a una niña de dos años que estaba bajo su custodia, en un ataque en el que también causó graves heridas a una mujer turca.
"Estoy profundamente escandalizado", declaró el primer ministro Guy Verhofstadt. El gobierno belga condenó duramente los asesinatos con móviles racistas y llamó a la prudencia.
La Fiscalía de Amberes abrió un proceso por doble asesinato e intento de asesinato contra el joven de 18 años, quien tiene contactos con integrantes de la extrema derecha.
El ataque demuestra en "qué veneno latente se ha convertido el racismo y la xenofobia en nuestra sociedad", afirmó el líder de los liberales flamencos, Bart Somers.