AMSTETTEN.- Las víctimas involucradas en el trágico secuestro de Amstetten, en el este de Austria, pasaron a cargo de un equipo de psicólogos, que trata de proporcionarles los medios para integrarse en la sociedad, un proceso largo y delicado.
Elisabeth Fritzl, de 42 años, a quien su padre, Josef, encerró durante 24 años y le engendró siete hijos, se encuentra en una clínica psiquiátrica de Amstetten, junto a cinco de sus hijos y la esposa de Josef, Rosemarie.
"Necesitarán muchas semanas" de tratamiento, según su equipo médico. "Están juntos y habida cuenta de las circunstancias, se encuentran bastante bien", indicó el martes el responsable de los servicios sociales de la ciudad, Heinz Lenze.
Secuestrada cuando tenía 19 años en el sótano de la vivienda familiar, Elisabeth pudo volver a reunirse con su madre, Rosemarie, y tres de sus hijos que habían sido adoptados tras su nacimiento por Josef, de 73 años.
Los miembros de la familia empezaron a "entablar contacto", pese a que los otros dos hijos de Elisabeth, de 5 y 17 años, que nunca había salido del sótano "tienen una forma de hablar lejos de lo normal", confió Berthold Kepplinger, director de la clínica de Amstetten-Mauer, que los acoge.
La tercera hija recluida en el sótano, Kerstin, de 19 años, se encuentra hospitalizada en estado crítico. Un séptimo hijo murió al poco tiempo de nacer.
Las víctimas están rodeadas de un equipo de psicólogos y psiquiatras y disponen de un pabellón independiente con el fin de proteger su intimidad, según el psicólogo Paulus Hochgatterer.
La familia debe ser "expuesta al mundo exterior de forma muy progresiva", indicó este experto a la televisión pública ORF.
Lenze explicó que los servicios sociales esperan ofrecer una escolaridad adaptada a los tres hijos secuestrados en cuanto sea posible, así como a sus tres hermanos (un chico y dos chicas) que vivían con Josef y Rosemarie y que ya iban a la escuela.
Indicó igualmente que propondría el cambio de nombre de familia para que abandonaran el de "Fritzl".
Una célula de apoyo psicológico se ha puesto a disposición de los seis hermanos y hermanas de Elisabeth así como de antiguos compañeros de clase y amigos de los tres adoptados.
Pero la readaptación social de la familia supondrá un proceso complejo, advirtió el psiquiatra vienés Max Friedrich, que había tratado a la joven Natascha Kampucsh tras escapar en 2006 de su secuestro de más de ocho años a manos de un desequilibrado.
"No podemos perder la esperanza de que logren tener una vida autónoma, pero se tardará años y muy probablemente, quedarán secuelas" tanto para los tres secuestrados como para los otros tres adoptados, "cuyo mundo se ha venido abajo", declaró Friedrich.
Mientras que el benjamín, de 5 años, es el que mejor se está adaptando a su nueva vida al aire libre, la esposa de Josef Fritzl es quien parece estar más afectada tras descubrir la doble vida monstruosa que llevaba su marido, según el equipo médico.
Las autoridades insistieron en su voluntad de proteger la intimidad de las víctimas con el fin de evitarles cualquier traumatismo suplementario. La ministra austríaca de Justicia, Maria Berger, anunció el martes que la publicación de fotografías de las víctimas sería castigada con una multa de hasta 20.000 euros.