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Partió armando ferraris falsos y hoy fabrica su propio deportivo

Dick Kvetnansky tiene esperanzas de enfrentarse a marcas como Lamborghini con un deportivo completamente original, el K-1 Attack.

13 de Julio de 2008 | 13:10 | Reuters
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Algunos analistas dicen el auto todavía necesita más potencia, una mejor sensación de lujo y algunas características comunes para competir con Ferrari o Porsche, pero de todos modos puede encontrar compradores.

Reuters

BRATISLAVA.- Mientras lavaba automóviles en una estación de servicio cerca de Washington D.C. a fines de la década de 1980, Dick Kvetnansky vio algo raro. Al lugar ingresó un Ferrari Testarossa amarillo, pero su motor sonaba más como el de un Chevrolet.

Era una imitación. Eso le dio a Slovak una idea.

Comenzó a realizar imitaciones de Ferraris y Lamborghinis -su primero fue una Testarossa amarillo- y pasó varios años tratando de copiar los productos de los mejores fabricantes de autos del mundo. Algunos fueron usados en choques de Hollywood.

Pero Ferrari tomó cartas en el asunto, diciendo que él estaba perjudicando su imagen. La compañía italiana lo hizo cerrar su negocio de réplicas y lo forzó a entrar en el mercado de autos para armar con un nuevo diseño.

Hacer kits de coches de dos plazas sin capota en base a chasis de Honda Accord que un adolescente astuto podría ensamblar en un garaje resultó ser rentable.

Muchas compañías pequeñas también proporcionan kits que permiten a los entusiastas recrear réplicas de deseados autos deportivos como el AC Cobra, una leyenda de la performance que ahora está más allá de los bolsillos de todos salvo los ricos.

Luego Kvetnansky se dio cuenta de que podía fabricar un automóvil deportivo original.

Su propio auto deportivo

Ahora el empresario, respaldado por unos 150 millones de coronas (8 millones de dólares) de la firma inversora eslovaca CI Holding, tiene esperanzas de enfrentarse a marcas como Lamborghini con un deportivo completamente original, el K-1 Attack. Y sin dudas es audaz.

"Antes, Attack solo lucía rápido cuando se encontraba en un estacionamiento. Ahora, yo llamo a cualquier Porsche, cualquier Ferrari para que lo desafíe", comentó.

Kvetnansky espera que el aspecto renovado del Attack -una forma nacida en un restaurante de sushi en Bratislava donde el diseñador eslovaco Juraj Mitro dibujó por primera vez sus curvas sobre una servilleta en 1997- atraiga a la gente en busca de algo más allá de la corriente dominante.

Si Eslovaquia no viene usualmente a la mente en lo referente a diseños automotrices innovadores, el principal diseñador de Skoda Auto de Volkswagen es eslovaco: Jozef Kaban diseñó el Bugatti Veyron con una potencia de 1.000 caballos de fuerza y un precio de 1 millón de euros.

Y si bien las automotrices en la última década han acudido a Europa central -particularmente a Eslovaquia- para producir automóviles familiares en grandes cantidades para la creciente clase media, la firma de Kvetnansky, K-1 Engineering, es una excepción.

En lugar de ofrecer un sustituto de bajo costo de un conocido auto deportivo, Kvetnansky está apuntando al tope de la gama y espera atraer a ricos aficionados dispuestos a pagar una suma considerable por algo nuevo.

"El kit del Attack fue tan exitoso que incluso personas como doctores o dentistas estadounidenses lo compraron. Ellos contrataban firmas que les ensamblasen el auto, pagándoles mucho dinero", comentó. "Así que pensamos que podíamos hacer lo mismo y ser un pequeño fabricante de automóviles deportivos verdaderos", agregó.

La compañía ha vendido unos 120 kits del Attack en el pasado, principalmente en Estados Unidos, a unos 20.000 dólares cada uno. Pero Kvetnansky decidió ir más allá y hacerle frente a los mayores nombres del segmento del alto rendimiento.

No un modelo de bajo presupuesto

Algunos analistas dicen que su auto todavía necesita más potencia, una mejor sensación de lujo y algunas características comunes para competir con Ferrari o Porsche, pero de todos modos puede encontrar compradores.

"El concepto es genial, el automóvil luce genial y pienso que tiene futuro", dijo Ben Arnold, quien escribió una crítica del vehículo a comienzos de este año para la revista alemana Auto Bild, agregando que el Attack podría competir con los autos Lotus de segmentos inferiores.

Pero en el paisaje europeo de bajo volumen de automóviles deportivos, que está salpicado de firmas especializadas como Morgan o Caterham de Gran Bretaña, el crítico dijo que su posicionamiento debía ser reconsiderado.

El Attack es uno de los más caros en escala de precios y no es el más rápido del mercado.

Su motor Ford de 242 caballos de fuerza lo lleva de cero a 100 km/h en 5,1 segundos, más lento que el Lotus Elise SC con un motor de 218 caballos de fuerza y que la Ferrari F430 Spider de 483 caballos de fuerza, con aceleraciones de 4,6 y 4,1 segundos respectivamente.

Pero aunque cuesta la mitad que una Ferrari, el descapotable biplaza no es un auto de bajo presupuesto: está a la venta a unos 70.000 euros (110.000 dólares) antes de que los impuestos en Europa lo dejen bien por sobre el Lotus, que cuesta unas 32.550 libras (63.620 dólares) en Gran Bretaña.

Kvetnansky, quien espera construir hasta 40 Attacks este año y hasta 120 en 2009, dijo que accederá y ofrecerá el sistema anti bloqueos de frenos, airbags y otras características y que planea más variantes.

K-1, que ve números rojos desde que dejó de ofrecer kits de autos en 2005, tiene que vender 2,6 vehículos por mes para lograr rentabilidad, un objetivo que Kvetnansky dice espera conseguir este año.

Ese número contrasta con la producción de 6.000 unidades de Ferraris al año, pero la mitad de los Attacks para 2008 ya han sido encargados.

"El único problema es que la marca no es realmente conocida en Europa", dijo Oliver Brinkmann, quien vende Attacks junto a BMWs y Audis.

De todos modos, el comerciante holandés Frank Berbee está convencido. El hombre entregó 90.000 euros después de ver la marca desconocida en una exposición de autos de París.

"He probado el Z350 de Nissan, el Audi TT y el Mazda RX8 (...) pero luego vi el K-1", dijo Berbee, de 51 años.

"Estaba a casi el doble de precio pero es increíble", agregó.