WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo el sábado que espera convertir en ley en menos de un mes su plan de estímulos económicos por 825 mil millones de dólares, confiando en que el país emergerá de la actual crisis más próspero que antes.
"Me complazco en decirles que ambos partidos del Congreso ya están trabajando intensamente en este plan, y espero convertirlo en ley en menos de un mes", dijo Obama en su primer mensaje radial semanal como presidente.
El nuevo mandatario advirtió que los problemas económicos no se resolverán en un corto período, pero se declaró confiado en que una acción enérgica ayudará a poner al país nuevamente en marcha.
"Si actuamos como ciudadanos y no como partidistas y comenzamos a trabajar otra vez para reconstruir el país, confío en que saldremos de esta difícil situación incluso más fuertes y más prósperos que antes", aseguró el presidente.
Los comentarios de Obama tuvieron lugar en momentos en que las solicitudes de subsidios de desempleo en Estados Unidos alcanzaron los niveles más altos de los últimos 26 años y la construcción de viviendas es la más baja del último medio siglo.
El departamento de Trabajo informó el jueves que el número de demandas de subsidio de desempleo en la semana que terminó el 17 de enero ascendió a 589.000, la cifra más alta desde noviembre de 1982.
El año pasado se perdieron en Estados Unidos 2,6 millones de puestos de trabajo, llevando la tasa de desempleo a 7,2%, la más elevada de los últimos 16 años.
Asimismo, el número de viviendas en construcción se redujo 15,5% entre noviembre y diciembre de 2008, según el departamento de Comercio, a una cifra anualizada de 550.000 unidades.
Obama advirtió que si no se hacía nada, el desempleo podría alcanzar una tasa de dos dígitos, y la economía estadounidense podría dejar de producir entonces un billón de dólares menos.
Señaló, no obstante, que su plan de recuperación, que aspira a aumentar la producción y a crear entre tres y cuatro millones de empleos, le daría nueva vida a una economía en caída libre.
El mandatario dijo que no se trataba de "un programa de corto plazo para reactivar el empleo", sino "uno que invertirá en nuestras prioridades más importantes, como energía y educación, seguro de salud y nuevas infraestructuras, necesarias para mantenernos fuertes y competitivos en el siglo XXI".