NUEVA YORK.- El vetusto estado de su red eléctrica expone a Estados Unidos a apagones gigantes como el histórico de 2003 y obstaculiza según los expertos la conversión a las nuevas energías "verdes".
"Existe una seria posibilidad de que vuelva a producirse un apagón", dijo a la AFP Otto Lynch, vicepresidente de la empresa Power Line Systems.
"Hay unidades que tienen 40 o 50 años y necesitamos reemplazarlas", explicó. Lynch forma parte del grupo de expertos de la Sociedad Norteamericana de Ingenieros Civiles que esta semana publicó un informe sobre el estado de la infraestructura de Estados Unidos, en todos los rubros.
La principal conclusión es que décadas de financiamiento insuficiente convirtió a la infraestructura en un freno para la economía de Estados Unidos.
El rubro electricidad es uno de los pocos donde los expertos señalaron algunas mejoras desde 2005, pero mientras la demanda sigue creciendo -en un 25% desde 1995- se necesita invertir 1,5 billones de dólares de aquí a 2030.
La reactivación de la economía a través de reconstrucción de infraestructura es una de las prioridades anunciadas por el presidente Barack Obama.Estados Unidos dispone actualmente de una red de 257.000 kilómetros de líneas de alta tensión.
"Nuestra red de transmisión está casi al máximo de su capacidad", explicó Lynch. "Hay cuellos de botella en todo el territorio".
"Nuestro problema más grande -precisó el experto- es construir suficientes líneas de transmisión para llevar adecuadamente la electricidad adonde se la necesita y permitir sistemas redundantes para el mantenimiento".
El 14 de agosto de 2003, el apagón más grande de la historia de Estados Unidos dejó sin luz durante un día a por lo menos 40 millones de personas en el noreste del país, incluyendo la ciudad de Nueva York. Desde entonces "hubo una ligera mejoría, pero insuficiente", comentó Lynch.
Según el ingeniero Revis James, del Electric Power Research Institute, "la red presenta problemas que plantean riesgos para las próximas décadas".James asesoró junto a otros expertos al equipo de Obama y dijo que "habrá una transformación gradual, no será una revolución eléctrica".
Otto Lynch insistió en que para convertirse a las energías "verdes" hay que primero modernizar la red eléctrica, pero advirtió que no es sólo una cuestión de dinero, sino que a veces es la opinión pública quien se opone.
Citó el ejemplo de una línea de alta tensión de 765 KV en Kansas, necesaria para conectar establecimientos de energía eólica y que no puede ser instalada porque mucha gente no quiere que atraviese sus propiedades.
Según Lynch, "hay un problema de aceptación pública de la necesidad de construir líneas de transmisión si la gente quiere tener automóviles eléctricos y enchufarlos por la noche".