BRASILIA.- El Senado brasileño aprobó este miércoles un proyecto de ley que permitirá regularizar a los cientos de miles de inmigrantes ilegales que se encuentran en el país, bajo la condición de que hayan llegado antes del 1 de noviembre de 2008.
El proyecto de ley tendrá que ser aprobado de nuevo en la Cámara de Diputados, porque se introdujeron cuatro enmiendas a su paso por la Cámara Alta, como el cambio de la fecha límite, que en un inicio fijaba como máximo el 1 de febrero de este año.
El senador Romeu Tuma, autor de las enmiendas, explicó que se adelantó la fecha para evitar que se aprovechasen “comerciantes sin escrúpulos” que podrían haber facilitado la entrada ilegal de extranjeros en el país después de que el Gobierno abriera este proceso de regularización el año pasado.
Durante la sesión, Tuma dijo que Brasil está haciendo “justamente lo contrario” de lo que practica Europa, que “crea leyes para castigar a los extranjeros”.
"Con esto, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva da un buen ejemplo para el resto del mundo”, afirmó el senador en el pleno de la Cámara Alta.
Los inmigrantes tendrán un plazo de 180 días, desde la publicación de la ley, para solicitar la concesión de la residencia y para pagar las tasas correspondientes.
Los extranjeros interesados deberán mostrar un documento que compruebe su fecha de entrada en el país, para garantizar que fue antes del plazo que refleja la ley.
También deberán declarar que no responden a un proceso penal o que no ha sido condenado ni en Brasil ni en sus países de origen y, además, deberán justificar sus fuentes de ingreso y medios para mantener a sus familias.
Después de aprobar el registro, el Ministerio de Justicia expedirá un documento de identidad provisional con dos años de validez.
En Brasil viven actualmente cerca de 870.000 inmigrantes legalizados y otros 40.000 de manera ilegal, según cálculos del Ministerio de Justicia. No obstante, las organizaciones de inmigrantes señalan que estas cifras pueden ser mucho mayores.
La Asociación Nacional de Extranjeros e Inmigrantes de Brasil (ANEIB) calcula que entre 200.000 y 300 mil bolivianos trabajan de forma clandestina, muchas veces en condiciones de explotación, en los talleres textiles del estado de Sao Paulo, el más rico e industrializado del país.
