ZAMBOANGA, Filipinas.- Un miembro de la Cruz Roja, de nacionalidad suiza, fue liberado por los rebeldes musulmanes que lo mantuvieron secuestrado por más de 90 días en el sur de Filipinas, informó hoy un portavoz de la Marina, el teniente coronel Edgard Arevalo.
Andreas Notter, de 38 años, fue liberado ayer viernes en la isla de Jolo, a unos 1.000 kilómetros al sur de Manila, indicó Arevalo, sin brindar más detalles.
No se dio ninguna información sobre el destino de otro miembro de la Cruz Roja, el italiano Eugenio Vagni, de 62 años, que aún se encuentra en poder de los rebeldes del grupo Abu Sayyaf en Jolo, vinculado a Al Qaeda.
A comienzos de la semana, las autoridades filipinas se manifestaron preocupadas por el estado de salud del italiano, quien sufre una hernia inguinal, según se informó.
Un miliciano del gobierno, que se hallaba entre los que encontraron a Notter en el remoto pueblo de Lipunos, dijo que en principio creyó que el rehén liberado era Vagni.
"Tuvimos que ayudarle a caminar porque le costaba moverse", señaló el miliciano bajo condición de anonimato. Sólo esta mañana se dieron cuenta de que el liberado era Notter.
El miliciano no dijo si Notter les fue entregado oficialmente por los rebeldes de Abu Sayyaf.
Por su parte, el superintendente jefe Felizardo Serapio dijo que Notter fue liberado por la presión ejercida por las fuerzas de seguridad del gobierno.
Miles de tropas establecieron un cordón alrededor del área en el que los rehenes mantenían a sus cautivos. "Dimos con Notter cerca del cordón", indicó.
Notter estaba siendo sometido a un examen médico en la casa del gobernador Abdusakur Tan, en Jolo.
Notter, Vagni y la filipina Mary Jean Lacaba fueron secuestrados el 15 de enero tras visitar la prisión provincial de Jolo para supervisar un proyecto de agua y saneamiento de la Cruz Roja.
Lacaba fue liberada el 2 de abril. Previo a la liberación de la filipina, los rebeldes de Abu Sayyaf amenazaron con decapitar a uno de los secuestrados para forzar a las tropas gubernamentales a retroceder.
Los rebeldes son responsabilizados de algunos de los peores ataques terroristas y secuestros en Filipinas. Han decapitado a algunos rehenes, entre ellos un turista estadounidense secuestrado en 2001, debido a que las autoridades no cumplieron sus demandas.
