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Gobierno filipino informa que víctimas por inundaciones llegan a 100

Los temporales que han afectado a varias zonas del país son las peores en 40 años.

28 de Septiembre de 2009 | 05:43 | AFP

MANILA.- El balance de víctimas de la tormenta tropical  que azotó Manila, la capital de Filipinas, y varias provincias del país,  provocando las peores inundaciones en 40 años, llegó a cien muertos, anunció el  lunes el gobierno, que reconoció haber sido sobrepasado por la amplitud de la  catástrofe.


En su último parte, el consejo nacional de coordinación contra desastres  señaló que el número de desplazados por las lluvias torrenciales del sábado se  eleva a más de 451.000.El anterior balance, comunicado por el gobierno este mismo lunes, era de 86  muertos y 435.000 desplazados.


Manila, ciudad de doce millones de habitantes en la que fue declarado el  estado de catástrofe natural, fue inundada por lluvias torrenciales que cayeron  durante nueve horas tras el paso de la tormenta tropical Ketsana.


El gobierno reconoció el lunes que había sido sobrepasado por la  catástrofe, mientras los servicios de socorro, cuyas intervenciones son  dificultadas por el lodo y el agua estancada, se esfuerzan por cumplir las  tareas más urgentes.


"Nos concentramos en las enormes operaciones de socorro, pero el sistema ha  sido sobrepasado, las autoridades locales han sido sobrepasadas", declaró el  responsable del centro de coordinación contra desastres, Antonio Golez.


"Teníamos la costumbre de intervenir en una ciudad, en una o dos  provincias, pero esta vez unas tras otras fueron pidiendo ayuda. Los medios  materiales y humanos fueron repartidos de manera insuficiente", agregó.


El sábado, el nivel de las aguas alcanzó hasta seis metros en algunos  lugares de la capital.


La desolación reina ahora en varios barrios de la ciudad, cuya superficie  fue cubierta en un 80 por ciento por las aguas, según la Cruz Roja. Dos días  después del paso de la tormenta, algunos barrios siguen estando inundados y hay  todavía habitantes bloqueados en los pisos altos de las casas, según la  televisión local.


Refugiados en campamentos improvisados, los siniestrados carecen de  alimentos, de agua, de ropa, recalcaron autoridades locales.


"Esperamos la llegada de un poco más de ayuda. Tratamos de movilizar  nuestros propios medios, pero necesitamos mucho más", dijo a la AFP Armando  Enday, intendente del pueblo de Bagong Silangan, donde se refugiaron unas 3.000  personas.


"No tenemos ni dinero ni familia. No sabemos qué hacer. Esperamos ayuda en  alimentos", declaró a la AFP Edgar Halog, chófer de autobús cuya casa fue  destruida.


El gimnasio donde los refugiados deben sentarse directamente en el suelo,  sirve también de depósito de los féretros de once de las víctimas de la  inundación.


El caos es agravado por el hecho de que los servicios de electricidad y  teléfono siguen estando cortados en buena parte de la ciudad.


Mientras llegan difícilmente las informaciones sobre personas  desaparecidas, muchos temen que el balance de víctimas sea aún más grave.