BUENOS AIRES.- Más de 31.000 armas de fuego fueron destruidas hoy a las afueras de Buenos Aires en el marco de un plan del Gobierno de desarme voluntario que busca disminuir el número de homicidios en el país.
"América Latina es la región con la mayor tasa de homicidios con armas de fuego por lo que es una responsabilidad de los países disminuir el número de armas en poder de los civiles”, aseguró el ministro argentino de Justicia, Julio Alak, durante el operativo de destrucción realizado en la localidad bonaerense de Campana.
Fuentes oficiales indicaron que fueron destruidas 31.422 armas de fuego, con lo que se completó un lote de 104.782 dispositivos eliminados en la primera etapa del Programa Nacional de Desarme Voluntario, que permite la entrega anónima de armas y municiones a cambio de un incentivo económico de hasta 450 pesos (118,4 dólares).
"Apuntamos a destruir el 10 por ciento de las armas registradas en el país” con este lote, detalló Alak en el operativo desarrollado en una planta siderúrgica, en la que se trituraron y fundieron las armas en un horno de alta temperatura.
El ministro advirtió que “el hecho de que civiles tengan armas en su casa aumenta el número de homicidios”, por lo que consideró necesario el desarme.
El plan de desarme, lanzado en 2007, se lleva a cabo en varias provincias argentinas a través de oficinas y unidades móviles, donde los propietarios pueden entregar las armas que luego son destruidas.
Antes de comenzar el proyecto, en Argentina había 1,1 millones de armas legalmente registradas y 625.000 usuarios, aunque los cálculos oficiales indicaban que la cifra real era de cuatro millones de armas.
Argentina no cuenta con estadísticas públicas actualizadas sobre la cantidad de homicidios.