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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 10:00
LONDRES.- La policía británica investiga unas 600 nuevas denuncias de posibles pinchazos telefónicos cometidos por el periódico "News of the World", cerrado por Rupert Murdoch en julio de 2011 por ese escándalo, asegura hoy el diario "The Guardian".
Estos nuevos datos provienen del historial telefónico de un informador de la policía convertido en testigo de la fiscalía y que con anterioridad era próximo al grupo mediático, según "The Guardian", que no cita fuentes.
Serán presentados el próximo lunes ante el Tribunal Superior de Londres, que lleva los casos de las escuchas telefónicas practicadas durante años por el dominical de Murdoch, que en verano de 2011 desató un escándalo que ha puesto en jaque a la prensa británica.
Según el diario británico, las 600 nuevas denuncias provienen, entre otras, de posibles nuevas víctimas.
Las escuchas ilegales fueron practicadas supuestamente durante años por medios de News International, perteneciente al grupo de Rupert Murdoch, para obtener exclusivas y han llevado a numerosas detenciones, que en los últimos días se han extendido a otros grupos.
El jueves, cuatro periodistas de medios del grupo británico Mirror fueron detenidos por realizar presuntas escuchas telefónicas entre los años 2003 y 2004.
Previamente ha sido detenidos, entre otros, dos exdirectores del "News of the World", Andy Coulson y Rebekah Brooks, ambos del círculo del primer ministro británico, David Cameron.
Las revelaciones de nuevas denuncias se producen cuando se han roto las negociaciones entre los principales partidos británicos para debatir un nuevo sistema de regulación de la prensa en el Reino Unido, recomendado por el informe del juez Brian Leveson en noviembre de 2012.
Cameron se opone a la principal recomendación de ese documento, que propone legislar para crear un organismo independiente de regulación de la prensa.
El dirigente conservador presentará el lunes en la Cámara de los Comunes su propuesta para regular, sin necesidad de promulgar una ley, la prensa escrita británica (la radiotelevisión está ya regulada), que será debatida y sometida a votación.
Esos planes contemplan que sea un estatuto el que establezca unos estándares más duros para la prensa, pero cuenta con la oposición de los liberaldemócratas, socios minoritarios en el Gobierno de coalición, y de la oposición laborista.
