EFE
ASUNCION.- En el primer aniversario de su destitución, el ex presidente paraguayo Fernando Lugo declaró hoy que esa "página negra de la historia política" de Paraguay es una herida que sigue abierta en la democracia de su país.
Considerado culpable de mal desempeño en un juicio político del Legislativo, Lugo fue destituido el 22 de junio del año pasado, un hecho que aisló al país de sus vecinos y cuyo detonante, la matanza de Curuguaty, sigue pendiente de juicio.
Senador electo en los comicios del 21 de abril pasado, Lugo encabezó hoy un acto de conmemoración ante militantes de su formación política, el Frente Guasú, en el distrito de Natalio, a unos 400 kilómetros de Asunción, en el departamento suroriental de Itapúa.
Antes del evento, en el salón de actos de la parroquia local, Lugo reiteró que el juicio político fue "un golpe de Estado", que permitió "el reposicionamiento de la clase oligárquica privilegiada históricamente" en Paraguay.
"A los medios de comunicación no les conviene que esta página negra de la historia política del Paraguay sea difundida ampliamente, pero sí por las redes sociales, los movimientos campesinos, los movimientos populares realmente está viva y sigue siendo una herida abierta en la democracia", añadió.
El ex mandatario recordó los hechos que motivaron su destitución arropado por una audiencia de unas 400 personas en uno de los principales bancos de voto del izquierdista Frente Guasú (FG), la coalición de partidos a la que Lugo pertenece y que se ha situado como tercera fuerza política en el Senado paraguayo.
"El golpe de Estado fue contra la integración regional del Paraguay y de los países hermanos de América Latina, contra el Mercosur, contra la Unasur, contra Celac, ese golpe estaba bien pensado", proclamó Lugo bajo una pancarta que decía "Golpe Parlamentario. ¡Nunca más!".
"No puedo dejar de recordar al compañero Hugo Chávez que tomó el sueño de la integración de Bolivar y por eso hoy también está toda esta campaña de querer destruir al compañero Nicolás Maduro también", añadió.
Lugo se refirió a las presidentas de Argentina y Brasil, Cristina Fernández y Dilma Rousseff; y a los mandatarios de Uruguay, José Mujica; Bolivia, Evo Morales; y Ecuador, Rafael Correa, como "los compañeros de sueños y esperanzas de una patria grande e integrada en donde la dignidad no se compra ni se vende".
Añadió que el día de su asunción como presidente, el 15 de agosto de 2008, "nació un sueño que fue truncado".
El ex obispo se refirió a un manifiesto del Frente Guasú que denuncia que "hoy hace un año, los grupos económicos antidemocráticos y las cúpulas de los partidos políticos (...) decidieron, utilizando la masacre de Curuguaty, tragedia nacional, realizar el golpe de Estado parlamentario, contra el pueblo y contra la democracia".
Aunque la destitución de Lugo generó una crisis regional que aún está abierta, con la suspensión del país del Mercosur y la Unasur, la ciudadanía asumió enseguida, sin grandes protestas, el cambio de Gobierno a manos de Federico Franco, cuyo Partido Liberal había sido aliado de Lugo y lo abandonó en vísperas del juicio.
"Hace un año el oscurantismo cubrió de nuevo con su manto de luto, como en los tiempos de la dictadura stronista y otras dictaduras que existieron" al pueblo paraguayo y a su democracia, denunció en un comunicado el FG.
"Con el Gobierno de Fernando Lugo se implementaron políticas sociales como nunca había visto ni sentido el pueblo paraguayo", recordó la agrupación política.
El Frente rememoró que durante el Ejecutivo de Lugo "se logró un paso importante en la recuperación de la soberanía energética, triplicando la compensación por la energía de Itaipú", en referencia al pago por la cesión de electricidad que Paraguay hace a Brasil, país con quien comparte la represa.
"Inmediatamente después del golpe parlamentario, los sectores involucrados entregaron la soberanía alimentaria y el futuro del pueblo paraguayo decretando, a favor de empresas transnacionales y de Monsanto, que el Paraguay sea inundado por semillas transgénicas, con cultivos destructores del medio ambiente, que somete a países soberanos a la dependencia y a la expoliación", añadió el FG.
