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Participación femenina en el Poder Legislativo es sólo del 22,4% en Latinoamérica

Los países que tienen un mayor índice de presencia de mujeres en el parlamento son Cuba (43,2%), Costa Rica (38,6%) y Argentina (38,5), mientras que Chile está bajo el promedio con 14,2%.

18 de Septiembre de 2013 | 17:06 | AP
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El Congreso de Brasil es uno de los que presenta una mayor desigualdad de género en la region.

AP / Archivo

SANTIAGO.- En 2010, América Latina fue la primera región del mundo en tener cinco mujeres presidentes simultáneamente, todo un hito de participación femenina en política.

Sin embargo, las cifras hablan de una región que no supera el 22,4% de representación femenina en el Poder Legislativo y que está lejos de considerar la inclusión de las mujeres en política como un elemento vinculado al desarrollo.

La región tiene "las cifras más grandes de inequidad de género", declaró a The Associated Press la abogada chilena Laura Albornoz, ex titular del Sernam durante el gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010).

"América Latina es, sin duda, la región del mundo que ha tenido más mujeres presidentas al mismo tiempo... es el continente que más adelante ha ido en ese orden de inclusión, de incorporación", agregó. Paradójicamente, su participación en cargos legislativos continúa siendo baja.

Actualmente, las jefas de Estado en la región son Cristina Fernández (Argentina), Dilma Rousseff (Brasil), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Kamla Persad-Bissessar (Trinidad y Tobago).

Según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los países con mayor representación femenina en el Poder Legislativo son Cuba (43,2%), Costa Rica (38,6%) y Argentina (38,5).

Chile está muy por debajo del promedio, con un 14,2%, aunque por encima de Colombia (12,7%), Paraguay (12,5%) o Brasil (8,6%).

Las chilenas sufragaron por primera vez en una elección presidencial en 1952 y pasó más de medio siglo para que este país eligiera, en 2006, a una mujer como presidente.

Las mujeres representan algo más de la mitad de los 17 millones de chilenos: son el 53,5% del electorado y el 43% de la fuerza laboral. Pero su participación en cargos de representación popular alcanza sólo un 12,7% en la Cámara de Diputados y apenas un 5% en el Senado.

A diferencia de otros países de la región, en Chile no existe una legislación que regule una cuota femenina y algunos partidos lo consideran en sus estatutos, pero no de forma obligatoria.

En contraste, en Argentina existe el llamado "cupo femenino" desde comienzos de la ádécada de 1990, que también considera la inclusión de mujeres en las listas de candidatos a cargos electivos partidarios. Como mínimo el 30% de los cargos deben integrarse con mujeres.

En Paraguay la ley dice que cada lista de candidatos a concejales municipales, diputados y senadores debe tener 20% de presencia femenina.

Sin embargo, las paraguayas consideran que se trata de una cifra insuficiente y desde hace un tiempo piden, aunque informalmente, que el cupo aumente a 30% o 40%.

Durante su mandato, Bachelet presentó al Congreso la ley de Balance de Género con incentivos económicos a aquellos partidos que postularan candidatas que fueran electas.

"Era un proyecto bastante bueno, pero no contó con el apoyo necesario", recordó Bachelet ante una consulta de la AP durante una reunión reciente con corresponsales.

Bachelet, directora de ONU Mujeres hasta marzo de 2013, subrayó que "si hay algún problema que puede tener cualquier país es no hacerse cargo de que tiene potencialidades, talentos, méritos en toda su población, y lo único que ningún país, mucho menos Chile, puede hacer es perderse parte de ese talento".

"Un país que se desarrolla armónica y adecuadamente, tiene que garantizar derechos y oportunidades iguales, y eso es hacerse cargo de los problemas que Chile y el mundo tienen, que es más mujeres en la política, sin duda, pero principalmente en lugares de toma de decisiones", añadió.

Albornoz opinó que de nada sirve que haya cuatro o cinco mujeres presidentes en la región si eso no se traduce en un cambio en la cultura política.

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