NUEVA YORK.- En una reciente conferencia dictada en la "City College" de Nueva York, un estudiante formuló a los panelistas presentes una pregunta inesperada: "¿Se puede ser un buen científico y creer en Dios?"
La reacción de uno de ellos, todos premios Nobel, fue rápida y precisa. ¡No!, declaró Herbert A. Hauptman, quien compartió el premio de química en 1985 por su trabajo sobre la estructura de los cristales.
Según un artículo publicado hoy por el diario
The New York Times, la creencia sobrenatural, especialmente la fe en Dios, no es sólo incompatible con una buena ciencia. El doctor Hauptman señaló que "este tipo de creencias es perjudicial para el bienestar de la raza humana".
Sin embargo, muchos científicos hoy hablan con mayor libertad sobre sus creencias religiosas. "No debiera ser un tema tabú, pero francamente así ocurre en los círculos científicos", afirmó Francis S. Collins, director del Instituto Nacional de Estudios del Genoma Humano.
Aunque ellos adoptan una fe religiosa, estos científicos también abrazan la ciencia como ha ocurrido por siglos. Así es como ellos buscan en el mundo natural las explicaciones de lo que ocurre en la vida, reconociendo que las ideas científicas deben ser provisionales, capaces de ser cambiadas por la experiencia empírica.
Esta creencia científica los separa de aquellos que apoyan el creacionismo que depende de la existencia de una fuerza sobrenatural.
Esa fe en Dios desafía a los científicos que respetan las creencias religiosas como poco más que pensamientos mágicos. La fe además desafía a los creyentes que acusan a la ciencia de ser una empresa sin Dios y a los científicos de elitistas seculares.
La división de los mundos
Algunos científicos dicen simplemente que la ciencia y la religión son dos reinos separados. A juicio del biólogo Stephen Jay Gould, la ciencia habla con autoridad en la esfera en la que el universo es creación y teoría, mientras que la religión asienta su dominio sobre las preguntas trascendentales y de los valores morales.
Según el artículo publicado por el
The New York Times, otro panelista presente en la sesión, el doctor Noah Efron de la Universidad Bar-Ilan de Israel, sostuvo que los científicos, al igual que otras personas, eran guiados por sus propósitos humanos, sentidos y valores. La idea de que los hechos pueden ser separados de los valores y sentidos "burla de mala manera lo que sabemos de la historia de la ciencia".
El doctor Collins, quien está trabajando en un libro sobre su fe, también cree que las personas no debieran separar estrictamente sus creencias religiosas y científicas. "No lo encuentro satisfactorio ni necesario", afirmó en una entrevista. Agregó que hasta hace poco la mayoría de los científicos eran creyentes. "Isaac Newton escribió mucho más de la Biblia que de leyes naturales", dijo.
De acuerdo a un reporte de 1997, el 40% de los biólogos, físicos y matemáticos afirmó creer en Dios, al cual le rezan para recibir respuestas.
Esta investigación, llevada a cabo por Edward J. Larson de la Universidad de Georgia, buscaba replicar una encuesta realizada en 1914, y cuyos resultados fueron prácticamente iguales, sin experimentar grandes cambios.
¿Sin Dios no hay moral?
El premio Nobel de Física (1979) Steven Weinberg rechaza la idea de que los científicos que se niegan a creer en una religión son arrogantes. "Nosotros sabemos cuántos errores hemos cometido". Asimismo sostiene que es molesto escuchar afirmaciones que dicen que aquellas personas no creyentes no tienen moral.
En cualquier evento, agrega, "la experiencia de ser un científico hace que la religión justamente es irrelevante. La mayoría de los científicos que conozco simplemente no piensan en eso mucho. Ellos no piensan en la religión lo suficiente como para calificarse de ateos".
La mayoría de los científicos que conoce, advierte, cree en "un Dios que está detrás de las leyes de la naturaleza, pero que no interviene".
Kenneth R. Miller, profesor de biología, explica que sus alumnos generalmente quedan sorprendidos al enterarse que él es una persona creyente, y no una creencia vaga sino católico.
Usualmente, dice, es desafiado por los estudiantes a explicar cómo reconcilia la ciencia con la religión. "Lo que ellos buscan con sus preguntas es saber si ellos deben creer en ese tema para conseguir una buena nota, a lo que yo les respondo que la creencia nunca es un tema de la ciencia".
Para el doctor Miller y para otros científicos, la investigación no es un tema de creencias. "La fe es una cosa, lo que tú crees desde el corazón", afirma Joseph E. Murray, quien obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1990.
"Cuando se está buscando la verdad se debe usar cada posible avenida, incluyendo la revelación", señala el Dr. Murray.