SANTIAGO.- La artista visual y escritora Guadalupe Santa Cruz nos lleva ahora a un crimen. No cualquiera. Uno que involucra al grupo familiar, llenando la atmósfera de incertidumbre ¿Quién intentará reconstruir el hecho? La hija del clan, con versiones regaladas y otras que obtiene de los involucrados directa o indirectamente.
Es parte de la trama de "Los conversos" (LOM Ediciones), la reciente publicación de Santa Cruz, que está escrito como un relato de la memoria que ensaya y repite las distintas perspectivas de un dolor. El teatro socorre al lenguaje otorgándole a los cuerpos un espacio.
Hay un homicidio que involucra al grupo familiar. Un periplo a una isla en cuarentena -que es la puerta de entrada a la Gran Ciudad-, con escenas de violencia entre los miembros del clan; la madre es la que "paga el precio" del paso simbólico de la frontera aduanera.
Pero en esta novela hay una heredera del dolor y estigma: Nesla, actriz e hija de la locura materna. Ella intentará reconstruir esta sangrienta memoria por medio de versiones que le obsequian y otras que arranca a los personajes de la historia; deberá enfrentarse a las distintas formas de poder -físicas y simbólicas- que le cierran el camino a su indagatoria.
La obsesionante pregunta que recorre esta novela es ¿cómo narrar? ¿cómo saber? Memoria y conocimiento, historia y ficción se entrecruzan en las distintas versiones de un mismo hecho y hacen que las voces se multipliquen y se contradigan, en una suerte de saturación del lenguaje que pone en escena las fronteras de la palabra.
Cabe recordar que la autora, nacida en Orange, Estados Unidos, en 1952, ya publicó las novelas Salir (1989), Cita capital (1992) y El contagio (1997). Obtuvo, además, en 1996 y 1999 una Beca Fondart y en 1998 una Beca Guggenheim. Actualmente se desempeña como docente de la Universidad Arcis.
