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En nuevo e impactante escenario partió Festival de Viña

La XLIII versión del Festival Internacional de la Canción se inició en un renovado entorno, que significó una inversión de 4 mil millones de pesos. Abrió la noche inaugural el mexicano Cristián Castro.

21 de Febrero de 2002 | 02:41 | Felipe Ossandón y Paulo Ramírez, EMOL
VIÑA DEL MAR.- En su impresionante nuevo coliseo, comenzó esta noche la XLIII versión del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, el que durante seis noches reunirá a destacados representantes de la música nacional y extranjera, organizado por la municipalidad de la ciudad jardín y Canal 13.

Escenario de la nueva Quinta Vergara
El nuevo entorno del Festival de Viña permite un inédito despliegue escénico y cuenta con un sonido y una capacidad de iluminación muy superior a las que permitía la antigua concha acústica.

Para este festival la estación que emite el evento invirtió más de 4 mil millones en la construcción de un entorno completamente nuevo, que significó demoler la tradicional concha acústica y construir en su lugar un escenario de grandes dimensiones y graderías para 15 mil personas, todo emplazado en un coliseo rodeado de una columnata blanca.

El espectáculo tendrá entre sus invitados principales a los mexicanos Cristián Castro, Juan Gabriel y Paulina Rubio, a los chilenos La Ley, Los Jaivas, Illapu, al británico Rod Stewart, al portorriqueño Chayanne, y al argentino Fito Páez, entre muchos otros.

Esta primera noche tuvo como coanimadora de Antonio Vodanovic a la cantante nacional Myriam Hernández, quien pasada la medianoche aceptó la petición de su compañero para cantar parte de un par de sus éxitos. El, vestido de smoking y con su desplante y manejo tradicionales; ella, de vestido ceñido color perla, comenzó un poco apagada y deslucida, pero fue tomando confianza hacia el final de la noche, para terminar no sólo cantando algunas estrofas de "El hombre que yo amo" sino acompañando al español Sergio Dalma en su clásico "Bailar pegados". En su nuevo rol Myriam Hernández mostró enorme pasta.

Los fuegos los abrió Cristián Castro, quien cantó durante una hora y veinte minutos, con temas como "Azul", "Por amarte así", "Angel" y "Solo", los que fueron coreados por el público, buena parte del cual acudió hasta la quinta sólo para verlo.

En la conferencia de prensa, la cual nuevamente estuvo centrado en bromas casi colegiales acerca de su relación con Titi Ahubert, Castro dijo sentirse muy bien sobre el escenario y alabó ampliamente la potencia y proyección del mismo. Agradeció la posibilidad de abrir el evento y a su vez de inaugurar el nuevo recinto.

Su relación con el público fue escasa y algo repetitiva. Vestido con un traje negro encima de una polera negra y amarilla, se veía algo disminuido en esa gran escenografía. Pero por voz y repertorio se impuso; debe haber dejado satisfechas a sus más leales y con un poco de gusto a demasiado de lo mismo a los que no lo adoran.

"Hay que hacer el amor con amor", dijo más tarde y luego reconoció que le dedicaba todas las canciones de amor que interpretó esta noche a Titi Ahubert.

Después de Castro le tocó el turno al conjunto brasileño As Meninas, quienes intepretaron con un sorprendente despliegue de energía y sonrisas al por mayor sus hits "Xibom bom bom", "Tapinha" y "Leva moto", e incluso se dieron el lujo de interpretar un tema de Xuxa.

A pesar de que las bahianas no lograron entusiasmar demasiado al público de la Quinta, a la conferencia de prensa llegaron bailando y cantando con las mismas sonrisas que pusieron sobre el escenario.

Dijeron sentirse muy orgullosas de su presentación y aunque no recibieron la antorcha, la consideraron todo un éxito. "Nosotros nos propusimos hacer bailar a la gente y eso lo conseguimos. Eso nos basta para estar contentas"

Más tarde se presentó la competencia folclórica y después el aburrido y anacrónico número de variedades "David & Dania", que apeló a una ultravisitada rutina de prestidigitación que habría sido reprobada en el casino más mugroso de Las Vegas. En la Quinta, sumó aplausos.

Tras la competencia internacional, que contó con la correcta participación de Chile, Brasil, Italia y un colérico intérprete norteamericano, llegó el plato de fondo, formado por Nietos del Futuro y Chocolate, quienes hicieron bailar a las 15 mil personas que repletaron el nuevo recinto de la Quinta Vergara, apelando a sus escasos recursos musicales, pero a su buen ritmo, energía y carisma con la que se han ganado la popularidad en nuestro país.

Un poco antes había estado en el escenario Sergio Dalma, quien recordó un par de éxitos viejos, cantó abrazado a Myriam Hernández coreando sus versos con el público, convirtiendo por algunos minutos a la Quinta Vergara en el tradicional entorno que le conocíamos: ése que permite una relación estrecha de adoración mutua (a ratos almibarada) entre los artistas y el público.

Una jornada en la que sin duda la principal atracción la constituyó la nueva Quinta Vergara, la que ahora sí parece haberse graduado y puede empezar a pelear con autoridad el cetro del festival más importantes de latinoamerica.