LONDRES.- Los padres de Henri Paul, el chofer del automóvil en el cual murió la princesa Diana de Gran Bretaña, dijeron el viernes que no creen que su hijo estuviera ebrio y que habían presentado una demanda para demostrar que la muestra de sangre podría haber sido cambiada.
Diana y su novio, Dodi Al Fayed, murieron cuando el Mercedes en que viajaban a alta velocidad chocó en un túnel de París hace cinco años. Las autoridades francesas dicen que dos análisis de sangre separados demostraron que el conductor estaba ebrio.
Pero sus padres, Jean y Giselle Paul, dijeron a la cadena radial BBC, en su primera entrevista desde el accidente, que estaban tomando medidas legales en los tribunales galos para que se hagan pruebas de ADN en las muestras de sangre porque creen que no son de su hijo.
"Estamos seguros que nuestro hijo no estaba borracho. No aceptamos eso", dijo Giselle Paul en la entrevista, doblada del francés al inglés. "El era un buen hombre. Dicen que los padres siempre somos parciales, pero todos los que lo conocían dirían lo mismo".
Jean Paul dijo que la sangre de su hijo puede haber sido cambiada con la de otra persona que haya sido sometida a una autopsia esa misma noche por "incompetencia, quizás, o a lo mejor con malas intenciones. Posiblemente las dos cosas. Pero debe haber sido caótica esa noche".
"Históricamente, ha quedado la impresión de que nuestro hijo fue el asesino de la princesa Diana. Eso es falso", afirmó su padre.
Los que afirman que se trató de una conspiración -y el padre de Al Fayed, el millonario Mohamed- nunca han dejado de cuestionar la versión oficial detrás de la muerte de Diana. La policía francesa dice que está segura que fue un accidente causado por Paul.
