Hacía más de dos años que no hablaba con la prensa. Que no decía lo que pasaba por su cabeza, por su vida, por su música y por su situación contractual. Ahora reventó y no le importa nada. Y si esto significa no editar ni un disco más en su vida, bueno, habrá que ver la forma de mantenerse vigente. Vivo, la palabra que mejor resume el concepto Joe Vasconcellos.
Pablo Márquez F.
Estaba en Copiapó, Joe Vasconcellos se acuerda bien, y faltaba poco para empezar un nuevo concierto de la gira nacional con la que coronó el éxito del disco "Vivo" (1999). Por esos días, primeros meses de 2000, las cosas ya no andaban bien, se sentía como león herido, pero el show, claro, tenía que continuar.
Estaba arrodillado, amarrándose los zapatos, se acuerda bien, cuando por detrás se le aparece un gordo, colorado, vestido con un buzo. Lo queda mirando fijo y, sin mediar provocación alguna, le tira a los pies un casete que por ese tiempo se conseguía como premio dentro de un envase de detergente.
"¿A cuánto se vendió el hijo del sol luminoso?.. Valís callampa, como todos los demás", le gritó el gordo, fuerte, en la cara, y se fue mascando su rabia. Joe Vasconcellos levantó la vista y trató de llamarlo, de explicarle un par de cosas, de decirle que la cosa tampoco le gustaba, pero no alcanzó. Y se lo tuvo que tragar. Todo. Solo.
El problema había partido hace mucho tiempo, antes del Festival de Viña con el que hizo historia en febrero de 2000, mucho antes de consagrarse como el artista chileno más vendedor de los últimos años al agotar 140 mil copias del "Vivo".
El asunto, se acuerda bien, partió por casualidad cuando escuchó que los ejecutivos de su compañía discográfica (EMI) decían que tenían un artista que llenaba estadios pero que no vendía discos. Y qué, ¿el problema es mío?, se preguntó. No tuvo respuesta, pero de todas maneras se propuso hacer un álbum que les demostrara lo contrario.
Después de meses de trabajo, con la colaboración de muchos amigos, presentó "Vivo" en la discográfica. Está lindo, fantástico, le dijeron, pero sabís qué pasa, flaco, nosotros no podemos editarlo si no tenemos la seguridad de desarrollar un trabajo contigo a futuro. Joe tenía que pagarle a los músicos, al productor, y se apuró en firmar un nuevo contrato que lo obligaba a editar otros tres álbumes para la compañía como condición para lanzar su primer disco en directo.
Todo parecía funcionar. Vino el éxito de su versión de "La joya del Pacífico", dos conciertos repletos en el Velódromo del Estadio Nacional en noviembre del ''''99, el Festival de Viña, media hora de pifias del público para que volviera al escenario, dos gaviotas, CNN, la gira por Chile.
Eso, hasta que se da cuenta, en los camarines de la Estación Mapocho, luego del primer concierto del tour, que dentro de los envases de unos detergentes venía un raspe que si salía premiado, más un par de monedas de 100 pesos, se podía canjear por un casete con lo mejor de su discografía. El mismo que el gordo colorado le tiraría al suelo semanas más tarde.
Buscó una explicación, pero nadie le dio la cara. Estaba dolido, mucho, porque era el mejor momento de su carrera y nadie le pudo decir por qué pasaban cosas como ésas o si firmar por tres discos más significaba que podían hacer con su imagen y su música cualquier cosa. Esto está muy feo, recuerda que le dijo a la gente de EMI, si sigo aquí las hienas me van a comer a pedazos. Y pidió que dejaran nulo el contrato.
Fue la primera de las muchas veces que le dijeron que no. Que por ningún motivo, que buscaran un arreglo, que se tomara su tiempo, que hablaran cuando se le hubiera terminado la pataleta. Y así se la ha pasado los últimos dos años, en silencio, guardándose todo, casi escondido, tratando de encontrar la mejor forma de romper el vínculo, poniendo su mejor cara al mal tiempo, pero se acabó. Basta, loco, ya no más.
Está todo muy mal
"Me estoy quitando mucho peso de encima, mucho dolor, mi retirada de dos años fue para evitar que vinieran más güiñas a sacar pedazos. Fueron estos dos años guardándome una cosa tan desagradable como ésa, ahogado y haciéndome el hueón con la prensa, escondiéndome. Me estaba jugando mi credibilidad con tal de defender lo mío y también la estaba cagando a mi manera, porque si hubiera gritado antes tal vez no hubiera pasado todo esto.
"Todavía nadie sabía nada de lo que estaba pasando, pero el día 30 de abril me empiezo a encontrar con comentarios. La cajera del supermercado me dijo qué le pasa, que anda con cara de carrete. El guardia de seguridad después viene y me dice joecito, va a ser papá, no ande carreteando tanto. Ahí me dije qué pasa, si yo estaba impecable. El colmo fue cuando llego a la casa y mi viejo me toma la mano y me dice qué le pasa, que está tan triste. Sentí ahí que el corazón lo tenía hecho pedazos.
"Entonces fui a hablar con el loco (Alejandro Sanfuentes, máximo ejecutivo de EMI Chile). Le dije por favor libérame, esto no nos está haciendo bien, está todo muy mal, y no es una cuestión de tiempo, no va más, yo vine acá con otro espíritu, llegué con la alegría, yo toco tambores, loco, yo expreso otras energías, yo no soy pa'''' adentro, yo no soy dark, yo soy pa'''' afuera.
"A esas alturas ya había empezado el trabajo del nuevo disco, había hecho contactos en República Dominicana, habíamos comprometido a amigos en España, en Argentina, buscando los mejores precios para lograr un óptimo resultado de grabación. Porque después del "Vivo" no podía volver con la típica, no, es que ése fue tan exitoso, que el próximo disco tiene que ser malo. No, dónde la viste, llevo 27 años en este circo, tengo 43 años, ya no puedo huevear más, no tengo el tiempo de un pendejo de 25 que se va a la India y vuelve y entra en otra volá, no, lo único que tengo es cacumen para seguir haciendo canciones, tratar de no ponerme gagá en lo que haga y mantenerme fresco.
"Queríamos arreglar el contrato, hacer un cambio de todas las cosas, revisar el uso de imagen, mejorar porcentajes, manejar la proyección internacional, todo eso para llegar a un acuerdo y empezar la grabación del nuevo disco. Por eso tuve que parar, para aprender, para que me enseñaran de cláusulas.
"Entre medio de todo el problema hice la preproducción de un nuevo disco, que terminó siendo la preproduccion de tres discos. Nos encerramos un mes a trabajar, vino (el productor argentino) Guido Nisenson desde Buenos Aires y conseguimos un trabajo maravilloso... Involucramos a mucha gente, músicos muy grossos que estaban en el cuento sólo por mí. Puse mi credibilidad en juego y todo eso se empezó a ir al carajo porque no encontrábamos respuesta. Tú no puedes jugar con la gente, tenía involucrado arreglos y eso vale plata. No podía decirle a la gente cuándo partía el trabajo, y en un momento dejaron de responderme los mail. Estaba perdiendo amigos y eso ya era el colmo.
"El punto era entregar el disco ahora en octubre, pero la compañía nunca llegó tampoco a acuerdo con el productor. Yo lo único que podía decir es que si no estaba Guido (Nisenson) no había disco en octubre. Y de pronto se terminó todo contacto, no se habló más del asunto... Hasta que sale lo de El Mercurio (el 23 de julio), donde se dice (fuentes al interior de EMI dicen) que no hemos llegado a nada porque nosotros rompimos la cláusula de exclusividad del contrato al no pedir permiso para la grabación de las canciones de "Mampato y Ogú" y de "Taxi para tres". Pero si los permisos están ahí (los muestra)... No, aquí ya no más".
No más discos
- Lo que me sorprende es que te hayas callado por dos años, cuando lo normal es reventar cuando se pasa tan mal...
"¿Sabes por qué? Un poco por cautela frente al momento nuevo que estaba viviendo, que venía acompañado de tanta belleza por un lado que era la paternidad, y frente a las cosas que van sucediendo en el país, de gente que encontró un gusano en la hamburguesa y a esa gente la procesan. Yo necesitaba estar dentro de la mayor legalidad posible. Por la edad que tengo, no puedo jugar a ciertas cosas. Creo que hay también una dosis de masoquismo, de ignorancia, de cosas que reconozco, cómo no las voy a reconocer... Buena fe".
- Sí, pero, con tu experiencia, debes saber que la buena fe...
"Mi error es que yo me manejo con una carga emotiva muy grande y todo sale de la cuna donde yo nací. Tuve la suerte de salir muy pequeño a recorrer el mundo (su padre era diplomático) y me di cuenta de que teníamos todos la sangre roja y que la gente es amorosa en todos lados. Yo siempre busqué eso, porque vengo de un lugar amoroso, siempre busco el punto más amable a pesar de todas las situaciones, evitar el conflicto. Hippie a cagarse, tal vez, pero fue de esa manera como logré credibilidad entre los universitarios, en los locales en los que iba a tocar".
- ¿Por qué crees que pasa ahora esto contigo, que eres el artista chileno más vendedor del último tiempo y con la imagen más fuerte dentro del mercado nacional? ¿Por qué crees que te pasa a ti?
"Por hueón".
- ...
"Te juro, porque las personas que creen en la palabra son hueonas, pero yo me siento muy feliz entregándole eso a mis hijos. Me siento muy feliz cuando llego a Chiloé y la gente que me viene a ver es de la misma tribu mía, y me trae pancitos y me presenta a la abuelita. Eso a mí me alimenta, me da todo. Pero en estos días, alguien así no pasa como qué buena onda, el loco.
- ¿Qué quieres, Joe?
"Yo quiero que me liberen, loco, quiero salir. Yo necesito ser libre, porque es la única manera de comunicarme con las personas y tratar de hacer las cosas bien. La libertad sigue siendo para mí una cosa muy importante, es la manera como yo me comunico y la manera en que sobrevivo como artista desde hace tantos años... Si alguien me para en la calle, lo invito a sentarse en la vereda y conversamos, él me cuenta su rollo y yo le cuento el mío, y después nos encontramos en el show, así es el trato que yo tengo. Yo necesito mi libertad porque yo sé cómo moverme con mi gente. La maquinaria, cómo está armada, no es para mí".
- Legalmente no puedes hacer nada. Por contrato estás obligado a darle a EMI tres discos, punto.
"No puedo hacer nada, freezing como me dijeron, que me podían congelar eternamente...".
- Pero tú no podrías vivir dentro del refrigerador...
"No, pero buscaré la forma, el tener salud, estar sano de mente y de cuerpo para seguir haciendo mis cosas. Y si la gente quiere escuchar mi música, va a tener que ir a escucharla en vivo. Y yo trataré de que cuando me vayan a ver tengan cojines, que estén bien acogidos, que se sientan bien, que cuando se termine el show digan pucha, qué lata, se terminó. Eso trataré de hacer, espero que exista conciencia de que esto (con EMI) no va más, que nos ha hecho mucho daño... Por eso vuelvo a tocar, para reencontrarme con la gente que me dice y el disquito cuándo, pos socio. El disquito no po'''' hermano. Venga a verme, ahí va a estar la música, ahí voy a estar".
- Si no quieres grabar tus tres discos o la EMI no te libera, puede que Joe Vasconcellos nunca más edite un álbum...
"Sí, puede que nunca más grabe disco. Esa es la alternativa si es eso lo que pretenden hacer. Cometí un error al firmar ese contrato, pero lo firmé casi por una situación de presión. Si no lo hacía, no podía sacar el "Vivo"..."
- ¿Y si rompes unilateralmente el contrato?
"Pero ahí entras en un juicio con una multinacional y por mucho que toque toda mi vida no voy a tener nunca para pagar una demanda como ésa. Me parece absurdo. El mismo abogado me lo dijo: yo no soy empleado (de EMI), yo soy socio, y si entre los socios no se llega a un acuerdo, lo lamento, man, no va más... En este momento ya no puedo confiar, aunque me digan grabemos, te pago el disco, ¿tu crees que puedo entregar mis creaciones, que son mis críos, para que la administren de esa manera? No, po''''. Ya no hay más nada".
- Si no grabas más discos, ¿cómo vas a hacer para mantenerte vivo?
"Yo veré, no soy estratega. Para mí la fe es lo más importante, es lo que mantiene arriba y lo que logro contagiar a las personas para que crean en mí... Puede ser volviendo a mis pasos de humildad. Lo que le puedo decir a la gente es: hermanito, me comí un tereso más o menos, me la he comido como muchos chilenos en distintas formas, pero yo no me fui en volá, cometí errores de candidez como cualquier ser humano puede cometerlos, pero yo no te traicioné, man..."
- Y si llega otro gordo, como el de Copiapó, a gritarte en la cara...
"Tengo que asumir mis errores. Pero le voy a hacer una zancadilla al guatón, para que no se me escape. Y le voy a decir: mira guatón, escúchame bien, vamos a tomarnos un vinito. Te tengo que contar un par de cositas, porque yo no aparecí ayer... Uno, frente a la vida, se hace descartable o no se hace descartable. Yo trataré de no hacerme descartable. Mi escenario es mi templo, para mí tocar es mi rito. Soy feliz sobre el escenario y uno tiene la obligación de hacer lo que tiene que hacer. Ahí entiendo cuando viene un neurocirujano para contarme que mi música lo ayuda a hacer su pega y que me diga maestro... A mí, loco, si yo apenas sé abrir un pollo".
Vuelta al ruedo
Joe Vasconcellos acaba de grabar la canción himno para la Teletón de este año, por lo que se transformará en la voz símbolo de la cruzada solidaria a partir de los próximos días.
Y por ahora se prepara para el próximo 14 de agosto, cuando, en el Teatro Teletón, tratará de olvidarse de los líos judiciales y así volver a hacer lo suyo. La idea es recrear, en formato acústico, los momentos más importantes de su discografía y presentar un adelanto de las canciones que ya tiene ahí, compuestas, esperando que alguna vez puedan editarse en disco.
Dentro de su nueva banda destaca un viejo amigo, Sergio "Tilo" González, baterista de Congreso, con quien ha vuelto a trabajar después de largos años. Con él elaboró este concierto de regreso y las nuevas canciones del incierto próximo álbum.