MADRID.- El Tribunal Supremo español autorizó la polémica ampliación del Museo del Prado, diseñada por el arquitecto Rafael Moneo y cuya paralización habían solicitado los vecinos del histórico barrio madrileño en el que se ubica.
Según informaron fuentes jurídicas, los magistrados del Tribunal Supremo, al cabo de tres días de deliberaciones, desestimaron hoy la petición de los vecinos contra estas obras, las de mayor envergadura que afronta este edificio neoclásico en casi tres siglos de existencia.
La ampliación afecta a la sede original del museo y al colindante claustro de la iglesia de los Jerónimos, sobre al que Rafael Moneo pretende construir un gran cubo que, según los vecinos, afectaría gravemente a la estética de esta zona de Madrid.
A pesar del conflicto judicial, las obras en el claustro de los Jerónimos, que fueron adjudicadas en noviembre de 2001 con un presupuesto de US$42,6 millones, han continuado durante los últimos meses y pueden acabar a finales del próximo año.
El proyecto de Moneo resultó elegido el 9 de noviembre de 1998 por unanimidad por una comisión formada por representantes de las autoridades locales, la Iglesia (que tiene la titularidad del claustro), el Ministerio de Educación y Cultura y la pinacoteca.
Desde el comienzo la iniciativa de Moneo fue polémica y el arquitecto español se vio obligado a introducir numerosas modificaciones sobre su propuesta original.
Finalmente, el proyecto fue aprobado por el Real Patronato del Museo el 25 de enero de 2000 y por el jurado que convocó el concurso el 21 de marzo de ese año.
Con esta ampliación, el museo ganará 17 mil metros cuadrados y el edificio de nueva planta albergará estancias destinadas a exposiciones temporales, un auditorio, la biblioteca, el taller de restauración, las taquillas, la tienda y los espacios propios para los servicios de atención a visitantes.
Rafael Moneo, arquitecto reconocido internacionalmente, ha dicho en alguna ocasión que la ampliación del Prado era su proyecto "menos personal" y uno de los que "más dolores de cabeza" le ha causado.
Sin embargo, también se ha mostrado convencido de que su plan es "la única alternativa posible porque se basa en las necesidades de los visitantes" y proporciona "los servicios propios de la misión académica del museo".