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Apple y Napster batallan por ganarse a consumidores música digital

El mundo de la música digital parece estar constantemente inmerso en la contienda: hasta hace poco en el terreno legal, con la lucha de las grandes discográficas contra los que supuestamente infringían los derechos de propiedad intelectual.

10 de Noviembre de 2003 | 20:17 | EFE
SAN FRANCISCO.- El recién resucitado Napster y la tienda de música en Internet iTunes, de Apple, son los protagonistas de una agria batalla para hacerse con el favor de los consumidores de canciones online, sobre todo los universitarios.

El mundo de la música digital parece estar constantemente inmerso en la contienda: hasta hace poco en el terreno legal, con la lucha de las grandes discográficas contra los que supuestamente infringían los derechos de propiedad intelectual.

Esta vez se trata de una batalla mucho más tradicional, protagonizada por dos empresas que aspiran a colocarse a la cabeza de un sector en ebullición.

Por un lado está Napster, la web que en su día revolucionó el mundo de la música digital con su servicio de intercambio gratuito de canciones.

La compañía, que fue cerrada por orden judicial por atentar contra las leyes de propiedad intelectual, renació a finales de octubre de la mano de Roxio como un servicio de pago (el coste establecido por los servicios del relanzado Napster 2.0 es de 99 centavos por canción o cerca de diez dólares por álbum).

Roxio, un fabricante de software, confía en que el nombre que se ganó Napster en los inicios de la distribución digital de música a través de Internet garantizará su éxito. Los críticos, sin embargo, destacan con nostalgia que el nombre es lo único que tiene en común con su emblemático antecesor.

“Napster inventó la música ‘online’ y estamos reinventándola con Napster 2.0. Sin ninguna duda, Napster 2.0 es el más completo y exhaustivo servicio de música del mundo”, dijo el director ejecutivo de Roxio, Chris Gorog.

Napster marcó un gran gol cuando anunció, a finales de la semana pasada, que había llegado a un acuerdo con la Universidad Estatal de Pensilvania para ofrecer gratis acceso a música legal.

De esta manera, los cerca de 18.000 estudiantes de esa institución podrán acceder, a partir del semestre próximo, al catálogo de medio millón de canciones, programación de radio y videos musicales de Napster 2.0.

A cambio, la universidad pagará a Napster una cantidad no hecha pública que procede de la tasa de 160 dólares que sus estudiantes pagan por semestre, en concepto de uso de la red de ordenadores del campus.

Otras universidades podrían seguir el ejemplo de Pensilvania, alejando así a sus estudiantes de los problemáticos servicios gratuitos de intercambio de canciones como Kazaa o Morpheus.

La Universidad Estatal de San José (California) y la Universidad de California en Berkeley se encuentran entre los centros educativos que aplaudieron la iniciativa y no descartaron seguir los pasos de Pensilvania, según el diario “San José Mercury News”.

Frente a Napster se encuentra iTunes, la tienda de canciones por Internet de Apple que recientemente lanzó a bombo y platillo su versión para Windows.

Mientras que Napster consiguió “colarse” entre los universitarios, iTunes alcanzó acuerdos, que previsiblemente multiplicarán la difusión de su servicio, con el fabricante de bebidas gaseosas PepsiCo, la cadena de comida rápida McDonalds (este último sin confirmar) y con el gigante de Internet American Online.

Apple recordó en un comunicado que multiplica por cinco el número de canciones vendidas por su rival Napster 2.0 hasta la fecha.

Los ejecutivos de Napster no tardaron en responder y señalaron que ese comunicado era “falso” y “engañoso”, y acusó al gigante informático de tener una “mentalidad del Salvaje Oeste”.

Apple y Napster son los protagonistas más destacados pero no los únicos: MusicMatch, Liquid Audio o Rhapsody n se pelean por lo que promete convertirse en un jugoso mercado.

Solamente en EEUU, la música mueve unos 13.000 millones de dólares al año. Según los analistas, estas cifras cada vez se deberán menos a las ventas del tradicional soporte del CD y más a las descargas en la red.
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