BUENOS AIRES.- Melissa Panarello, la adolescente italiana que ha hecho de su vida sexual un éxito editorial, cree que el "mayor escándalo" no son las experiencias eróticas que narra en su libro, "sino la sinceridad" con que lo hizo.
En una entrevista que publicó hoy el diario argentino "Clarín", la joven que el próximo domingo presentará "Cien cepilladas antes de dormir" en la Feria del Libro de Buenos Aires aseguró que el propósito de su obra fue contar "simplemente una historia".
El libro de Melissa P., como era conocida la adolescente hasta que en diciembre pasado cumplió 18 años, vendió un millón de ejemplares en Italia, agotó la primera edición de 30.000 volúmenes en España y se compraron los derechos para editarlo en 23 países.
"Mi mayor escándalo no es el sexo, sino la sinceridad", aseguró la autora, que en el polémico "Cien cepilladas..." describe con lujo de detalles las experiencias sexuales que previamente había volcado en su diario íntimo.
Luego de aclarar que nunca tuvo "la intencionalidad de decir que el libro era autobiográfico" Melissa sostuvo que no cree que "las experiencias sexuales sean el eje de la historia sino que funcionan para entender el sufrimiento que se puede tener a causa del sexo".
"En mi caso, tomé el sexo como camino hacia el amor y fue una elección equivocada. Y eso me provocó dolor, pena", describió la joven, cuya historia también ha despertado el interés de directores para llevarla al cine.
Panarello reconoció que el hecho de que el libro haya sido publicado en Italia mientras era menor de edad le trajo algunas dificultades y sostuvo que hasta debió mudarse de su Sicilia natal a Roma.
"Al principio no tuve problemas porque el anonimato me protegía, las fotos se hacían de espaldas y eso. Luego hubo un rechazo hiriente de los profesores, al punto de que tuve que cambiarme de escuela", indicó.
La chica, que según el periodista argentino que la entrevistó aparenta aún menos edad de la que tiene, consideró que "el mundo plantea hoy un modo de mostrarse, de exponerse, que está generando un conflicto interior muy fuerte".
"En los años 60 y 70, el sexo tenía un desarrollo feliz porque estaba más ligado a quebrar tabúes que aún eran muy fuertes. Hoy, con las condiciones de exposición en las que vivimos, sería muy difícil escandalizar", opinó.
