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Gonzalo Contreras no quiere caer bien

Algunos críticos no han, precisamente, aplaudido su última novela "La ley natural". Otros afirman que es un gran libro. El autor tiene su propia versión y algunas opiniones adversas.

02 de Julio de 2004 | 11:52 | Ilona Goyeneche, El Mercurio en Internet
Gonzalo Contreras.
Divididas están las opiniones sobre su última novela.
SANTIAGO.- Le pidieron que acercara brevemente sus personajes de su más reciente libro "La ley natural", al público presente. Comenzó así: Francisco es un arquitecto sin vocación y su matrimonio flaquea; Bárbara está en un estado de hostilidad con el mundo; Pascal es un cretino y Diana una mujer estándar. A esto último saltó del público la pregunta que qué entendía él bajo una mujer estándar. La respuesta "una mujer sin destino salvo ser madre y esposa" arrancó más de un "fea la actitud" del público en gran parte femenino, madre y esposa. "Bueno, bueno, quiero decir sin horizonte particular y privado" intentó bajar la ofensiva.

Éste era uno de los episodios que marcaron la conversación que sostuvo Gonzalo Contreras en la última de las ya tradicionales tertulias de Tobacco&Friends. El autor de "La ciudad anterior", libro que fue catalogado como emblemático dentro de la nueva narrativa chilena de los noventa, "El nadador" y "El gran mal" presentaba su cuarta novela y sexto libro: "La ley natural".

Al iniciar la conversación la conductora Cecilia Rovaretti invitó al autor a hablar de su libro, cosa que durante toda la entrevista prefirió evitar. "Contar el propio libro es difícil y latero para mí. Si bien no es una novela de suspenso, tiene un grado de suspenso bastante alto. Hay vuelcos importantes donde la historia y los personajes toman rumbos distintos, y para que eso ocurra tienen que pasar muchos hechos que no los quiero contar".

"Pero el tema central es básicamente el tema de la afiliación, no de la paternidad, sino de dónde proviene un ser, cómo se construye ese ser y cómo podemos luchar contra ese peso, cómo puede desmarcarse para recobrar su verdadera libertad. Tiene que ver con un concepto budista que dice que si te encuentras con tu padre y con tu madre que los mates. En el fondo es una especie de camino para encontrar su propio yo".

"En este país estamos muy acostumbrados del de dónde venimos, y muy poco acostumbrados a preguntarnos adónde vamos. De asentar la propia identidad más en el de dónde vengo, que en adónde vamos. Yo creo que Francisco (el protagonista de su novela) hace este cambio y pasa a convertirse en un hombre con ideales y esperanza. Es una novela gruesamente, creo, positiva".

Quizás por eso el narrador dijo no poder explicar como nacen sus personajes. Para él es un misterio que no se podía resolver en esa tertulia. Pero lo que sí tiene claro es que va creando una suerte de constelación de personajes que tienen un rol, y la historia se va desarrollando en la medida que esos protagonistas cumplan ese rol. "El personaje tiene mucho que ver la estructura misma del relato. No es que los personajes existan porque los quiero, ni porque los estimo o porque me caen bien, sino porque son parte de la estructura dentro de la cual deben ser funcionales".

Gonzalo Contreras confesó que ya ha pasado por varias terapias y cree que escribir también tiene su lado curativo. "Siempre hay una especie de descarga material al momento de escribir. Pero no escribo como modo de autosanación sino por la creación misma. Apuesto más por plantear una crisis, que por automasajerame". Sin embargo, igual afirmó que uno no se puede abstraer del todo de uno mismo, "es imposible que en los personajes no haya una parte de uno, porque no hay más experiencia que la de uno que es intransferible y particular. Pero no escribo sobre mi propia especie vital porque no creo que sea tan interesante".

El autor describió el estado que vive al comenzar una novela como un camino en tinieblas donde sólo ve una luz al fondo. "Si pienso que estoy escribiendo un libro que ya está armado no me estimularía, es como si ya estuviera escrito", y agregó que no trabaja a partir de una investigación periodística ni de una minuciosa búsqueda de información, sino que a partir de los personajes. Eso es lo que realmente le interesa.

Tampoco se le aparece el lector al escribir. Nunca, subrayó, pero que a veces se preguntaba para quién escribe. Como esa vez durante una gira que hizo junto a Marcela Serrano y que fue "devastadora, llena de discursos, de entrevistas y de mucha tontera". Sentado en un bar de un pueblo perdido se preguntó qué estaba haciendo ahí promocionando un producto. "Hay una cierta profesionalización de la escritura por la que yo siento rechazo. El ser escritor no es un profesión sino un oficio". ¿Cómo se da a conocer entonces?, le preguntaron, respondiendo sólo con un "el carpintero no da charlas, por ejemplo", que soltó más de una risa en el público. Gonzalo Contreras quiere estar lejos de la carrera publicitaria que emprenden las editoriales a la hora de promocionar un libro. Incluso, si esto significa alejarse también de sus lectores.

El éxito de algunos libros es un misterio para el autor. "En el último ranking de la Revista del Libro de El Mercurio no hay nada que valga medianamente la pena (ojo que dentro de ellos está su libro "La ley natural"). Ese es el tipo de consumo de lectura de hoy, básicamente de evasión. Los escritores se lo están poniendo muy fácil al lector. Skármeta, por ejemplo, su último libro tienen todos los huevos puestos en el mercado sin importarle que haya rebajado su propio karma intelectual. Hay como una renuncia a su propia ética intelectual". Pero según él, la culpa de que se simplificó la escritura, también es de las editoriales. "Hoy día a un James Joyce le tirarían su libro "Ulises" por la cabeza".

Un tema que estuvo en el aire fue la última columna escrita por él el domingo pasado en Las Últimas Noticias. "Hay jóvenes que han leído Vila-Matas y creen que lo han leído todo. Hay una tendencia actual de la escritura que se mira a sí misma, es la escritura sobre la escritura. Ellos suponen que ya no se puede escribir una historia, lo que tiene un alto riesgo".

"Estos cabros jóvenes, con muy poca lectura, tienen una línea tan clara, tan parcial y cuentan con muy poca apertura de mira. Apuesta a ciertos autores lo que un crítico no puede porque hay literatura en todas partes. Ese crítico no contacta el lector con el autor", agregó a la mencionada columna.

Alguien del público presente quería saber más sobre su relación con las mujeres después de haber escuchado que el autor es un seductor. "No sé si soy un seductor", contestó, "pero las mujeres han sido importantes para mí. Me han dado mucha inspiración, también me han hecho sufrir mucho, pero son una parte sustancial. Casi todos los libros los he escrito al lado de una. Pero no podría estar con una mujer que no lee, y con eso se reduce sustancialmente el espectro".

Era hora de firmar libros. "Pero que quede claro que yo sólo firmo, no pongo ningún texto ni nada….ni los conozco."

"La ley natural"

Gonzalo Contreras
Editorial Sudamericana, Santiago, 2004.
190 páginas.
Precio de referencia $7.900.
Sobre el libro, por Arturo Fontaine.
Crítica por Rodrigo Pinto.
Crítica por Ignacio Valente.
Crítica por Alejandro Zambra.
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