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Joselo, de Café Tacuba enchilado 15/4/2005

15 de Abril de 2005 | 00:00 |
El guitarrista del mejor grupo de rock en español vino de México y, en tres meses, grabó un disco, lo estrenó en el Liguria, terminó en el matadero de Franklin y hasta teloneó a don James Brown en persona. "Acá me di cuenta de que uno no puede planear las cosas", dice Joselo Rangel, antes de tomar el avión de vuelta.

David Ponce 15/4/2005

A comienzos de año Joselo Rangel traía un plan a Chile. Era un plan simple. Iba a tocar en el Festival de Viña con su grupo, Café Tacuba, y empezaría a hacer un disco propio. No sabía cuántos días se iba a quedar.

No fueron días, sino meses. Tres meses más tarde, Rangel ya tiene un boleto para volver a su México natal, es su último día en Santiago y acaba de salir de un estudio en un barrio quitado de bulla en Providencia con cuatro cedés en un bolsillo del pantalón: son las copias de su disco, producido por Álvaro Henríquez, grabado, mezclado y masterizado. Pero no es lo único que hizo en sus días chilenos.

Joselo Rangel conoció la Blondie en febrero. No fue bailar, sino a tocar con Henríquez el bolero de Café Tacuba "Esa noche" y una de las nuevas canciones del músico chileno, "Mátame". En medio invitó a su anfitrión a tocar con los propios Tacuba en Buenos Aires. Al mes siguiente estaba de nuevo en la Quinta Vergara, pero esta vez para actuar con Henríquez antes del show de don James Brown en Chile. Una semana más tarde estaba tocando por primera vez las canciones de su nuevo disco en un bar Liguria atestado de parroquianos que no esperaban ese estreno mundial. Y veinticuatro horas antes de volver a México estaba en el matadero de Franklin, con una guitarra al cuello y una cámara al frente.

- Es por Álvaro Henríquez - explica de nuevo. Rangel estaba invitado a la filmación del videoclip de "Mátame".

Nada de eso estaba en la agenda. "Acá me di cuenta de que no puedes planear las cosas. Tienes que dejarlo fluir", dice, y lo primero inesperado que le pasó fue menos grato. "Yo estaba acá y decía ‘Ahorita en México estoy soltero, no tengo hijos, no tengo esposa, Café Tacuba está descansando’, entonces no sentía ninguna atadura. Pero mi papá se enfermó. Fue al hospital, me llamaron y me dijeron ‘Sabes qué: regrésate porque está muy muy mal’. Me tuve que regresar. Eso fue fuerte. Fue algo así como un ‘Hey, sí hay alguien en México’. Pero se recuperó bien mi papá, como en quince días. De hecho le quiero dedicar el disco".

El disco que Joselo Rangel va a dedicar a su padre será el segundo que hace como solista tras el estupendo Oso (2001). Esta vez el carácter es el mismo, pero el sonido es distinto. Más clásico: pop de buenas melodías, rock a dos guitarras entre Rangel y Henríquez. "Tenía ganas de hacer un disco no tan producido, que no existieran cuerdas, vientos, muy sencillo. Y Álvaro, viniendo de un disco que sí tiene muchos elementos, dijo ‘Perfecto’. Al final resulta un disco de los dos. Tiene mi nombre, pero las guitarras de Álvaro son un sello muy fuerte. Él tiene el gusto que yo tengo, ese sentido melódico, de Johnny Marr, de los Smiths, esa escuela que no es de solos sino de texturas. Se nota en el disco".

Por si faltan hitos en la estada de Joselo en Santiago, el lugar donde grabaron el disco ya no existe: los Estudios del Sur dejaron de funcionar inmediatamente después. "Llegué a escucharlo y al otro día empezaban a desmantelar el estudio. Ya eso paga el viaje, ¿no? Escuchar el disco ahí, tocar con James Brown... me la paso bien acá". Rangel grabó con músicos chilenos, escribió tres canciones en Chile y se lleva unas canciones con zampoñas y quenas de Sol y Lluvia y con piano cuequero. Y con catering chileno también: una de esas canciones habla de una "chica con polera de tono pisco sour". Imposible haber escrito ese verso en otra parte. Sólo vino con lo puesto, y ahora, a punto de tomar el avión, también va ligero de equipaje. Y siente que los tres meses han sido como tres años.

"Siempre he salido con Café Tacuba de gira, pero es la primera vez que paso tanto tiempo solo en un lugar. Es así como que ha pasado mucho tiempo. Yo no tendría que estar aquí. De hecho ahorita hay gente que no sabe que estoy acá. Pero era mi disco, ¿no?, así es que dije, no: mejor me regreso", sonríe. Su disco se va a llamar Lejos y cuando él dice regreso no está hablando de México. "Ya pienso en Chile como el regreso".