Marcelo Contreras
Donde otros proyectos de música para preadolescentes hechos en Chile fallaron rotundos, el escenario, los jóvenes integrantes de Kudai se sobreponen airosos. Cobijados en una puesta en escena ambiciosa que refleja generosos recursos en luces y sonido, y que estampa las esperanzas de confirmar un fenómeno entre la generación tween bajo el nombre de Kudai, el primer punto a favor del cuarteto radica en que sus espaldas las cuida una banda de verdad y no modestas pistas grabadas.
El respaldo orgánico está ahí no sólo para ejecutar ligeras piezas pop rock, sino para disimular los reiterados baches vocales de Bárbara, Nicole, Tomás y Pablo, más diestros en proyectar la pose rebelde y sufrida que transmiten sus letras, que en convencer con sus gargantas de lo que dicen. Aún así, como producto pop estrictamente segmentado, Kudai lleva el mejor envoltorio que hasta ahora haya producido el negocio musical en Chile.