NUEVA YORK.- Un "reality show" que se estrena el miércoles en Estados Unidos se ha propuesto un objetivo más noble que el de ganar una jugosa suma de dinero: dar lecciones de humildad y despertar la conciencia social entre participantes y público.
El programa, llamado "30 Days" ("30 días"), fue creado por el cineasta Morgan Spurlock, famoso por su documental candidato al Oscar "Super Size Me", sobre el impacto que tiene en la salud un mes de dieta basada exclusivamente en comida rápida de McDonald's.
Así como en el film Spurlock pasó la peligrosa prueba de vivir 30 días a base de hamburguesas, bebidas gaseosas y croquetas de pollo, en su nueva serie, él y los participantes se someterán a una serie de experiencias no menos audaces.
Con este nuevo experimento en el terreno de la televisión del "reality", Spurlock y la cadena Fox esperan que la audiencia, al "ponerse en los zapatos de los otros", medite sobre ciertos problemas que aquejan a la sociedad estadounidense.
Un mes viviendo otra vida
En un capítulo, por ejemplo, David Stacey, un cristiano fundamentalista de 33 años, convivirá con una familia musulmana en Dearborn (Michigan) con el propósito de experimentar en carne propia los prejuicios a que se enfrentan los musulmanes en Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Stacey debe adoptar las costumbres musulmanas -incluidas las alimenticias, religiosas y de vestuario-, estudiar historia islámica y aprender árabe.
"Este es, probablemente, uno de mis episodios favoritos, porque aborda de forma muy elocuente un asunto realmente importante en la actualidad de nuestro país", dijo Spurlock a los medios locales.
A su juicio, los musulmanes son "personas que han venido a este país y han vivido aquí durante generaciones y, sin embargo, siguen siendo percibidas como extranjeros, como menos que estadounidenses, como una amenaza para nuestras libertades".
En otro capítulo de la serie, un hombre heterosexual muy conservador, el soldado Ryan Hickmott, trata de convivir con un homosexual en un barrio de San Francisco (California) que es predominantemente "gay".
En su misión de aleccionar al público, el mismo Spurlock deja de ser espectador y pasa a participar en el programa, forzándose a vivir en Columbus (Ohio) con el salario mínimo, de 5,15 dólares la hora.
En este capítulo, el primero de la serie, Spurlock y su novia, Alexandra Jamieson, pasan un mes tratando de hallar trabajos extras, vivienda económica y la mejor calidad de vida posible.
Así como "Super Size Me" exploró los problemas de la obesidad, la ignorancia nutricional y la peligrosa promesa de la comida rápida de "más cantidad por menor precio", este primer capítulo de la serie examina los problemas financieros de los más pobres de EE.UU.
En otro episodio, Spurlock aborda el tema de la obsesión por la buena apariencia física.
Scott Bridges, de 35 años, pasa 30 días inyectándose testosterona y hormonas del crecimiento, así como injiriendo suplementos nutricionales y haciendo ejercicio, todo para contrarrestar los efectos del envejecimiento.
"Todo el mundo quiere vivir para siempre y todos quieren beber de la fuente de la juventud, pero la pregunta es cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar por ello", indica Spurlock.
Otras historias son la de la madre que se sumerge en el alcohol para alertar a su hija adolescente de los peligros de una borrachera, o la de la pareja que debe abandonar teléfonos móviles, ordenadores, televisión por cable y automóviles para pasar un mes en una comunidad ecológica de Misuri, donde no hay gas ni electricidad.
"Vivimos en un mundo plagado de un incesante consumismo, que no piensa en el legado que le estamos dejando a nuestros hijos", dijo Spurlock, que con esta serie pretende abrir debates sobre "asuntos importantes".