Pablo Schiling en su entrada triunfal a "Encuentros cercanos". |
SANTIAGO.- Más de un metro noventa de estatura, casi cien kilos de peso. Una montaña humana de músculos.
Todos lo daban por seguro ganador, pero terminó llorando desconsoladamente con la cara oculta tras sus enormes brazos.
Igual como lo hiciera la semana pasada Santiago Sánchez, Pablo Schiling, el noveno eliminado de la Granja Vip, no quiso hacer las maletas antes de ir al duelo con Vicky Lisidini (nuevamente escogida por el público).
Igual que la semana anterior, todos apostaban por el representante varón para vencer en el duelo.
"El tiranosaurio Rex", como le dio por hacerse llamar. "El ternerito" como le llamó la uruguaya, que se preparó para el duelo dando pasos de ballet en la habitación de las mujeres.
Entraron tomados del brazo al galpón de vinos. Algo habían tenido en el encierro. Era enamoradizo el cabro.
Pero ese es otro cuento. Un camino mucho más pantanoso.
El duelo parecía más claro.
La única que se inclinó por Victoria fue Verónica Roberts. Sin ir más lejos, la mujer que dio el primer aviso, la que eliminó a uno de los favoritos, la que venció a Sánchez la semana pasada. El resto no dudó en votar por el ex atleta como seguro ganador de la prueba.
Pero la prueba fue de habilidad, soltura, suerte, azar, fuerza, paciencia. Tantas cosas que el niño en cuerpo de gigante no fue capaz de conjugar.
No así la uruguaya, que se tomó su tiempo, que inspeccionó el campo, que pareció disfrutar la prueba y que terminó ganando holgadamente (había que hacer atravesar cuatro bolas de acero por un laberinto de madera que maniobraban los concursantes con los brazos).
"No lo puedo creer, perro", dijo el Pato Laguna tras el inapelable 4-2 con que había perdido "El máquina".
"La cagó", le respondió el Coca, ambos impresionados ante esta nueva proeza femenina.
En cosas de dos no caben tres
En "Encuentros cercanos", Pablo Schiling salió al estudio haciendo ojitos al público, tirando besitos a diestra y siniestra.
Reconoció que antes de entrar al encierro vip, había tenido algunas "aventurillas" con el modelaje y que le había quedado gustando "el tema de las luces", le dijo a Sergio Lagos.
Dado como era a las confesiones, Schiling dijo también que adentro del fundo estudio se había dado cuenta de que echaba de menos a su mamá, que se estaba perdiendo el crecimiento de su hermano chico, que había ido dos o tres veces a las letrinas a llorar, que recién estaba empezando a saborear el sabor amargo de la derrota, y otras cosas que calaron hondo no sólo en el televidente.
"Nos estás rompiendo el corazón", le dijo Lagos al grandote que antes de encerrarse en la granja estuvo viviendo otro reality en el Centro de Alto Rendimiento. Porque también quería ser atleta (ahora ya no, porque es famoso).
"En el atletismo corres contra tu mente. Corres contra el reloj. No lo haces pensando en el público", dijo Schiling sin dejar de hacer guiños a la platea.
En eso anuncian a Gonzalo Egas, quien hace un estruendoso ingreso al estudio, y que abraza a Schiling, a quien le llega al hombro (pero que en un todo vale seguro le sacaría la cresta) y que por primera vez se sienta junto a Yasmín Valdés, y no frente a ella como es su costumbre.
Porque no quería sentarse al lado del veinteañero que había tenido sus cosillas con Vicky (de quien Egas fue pareja hasta hace poco), es lo que se podría haber pensado al principio.
Pero en realidad era para dejarle espacio a Sandra O’ryan, que fue la única invitada anoche al programa, y que según dijo Sergio Lagos, lo pidió especialmente.
"Te ves guapísima. Te ves hermosa", le dijo Schiling, cuando la tuvo enfrente. (¿No decíamos que era enamoradizo el muchacho?)
Sandra supo responder los halagos. "Si mi corazón hubiera estado desocupado, me habría fijado en ti", llegó a reconocer la actriz.
Pero claramente no se encontraba en esa arista la tensión del programa, sino en el primer encuentro de Pablo con Gonzalo, quienes de uno u otro modo, mantuvieron algún tipo de relación sentimental con la charrúa.
"Confundí las cosas", dijo Schiling al referirse a su supuesta relación con la uruguaya. "Después de un mes y medio de estar solo, llegó la Vicky con sobredosis de cariño y debo reconocer que me apresuré y que tomé muy deprisa las cosas", se apuro en aclarar "El máquina". "Me equivoqué. No me gustaba Victoria", concluyó tajante.
Cuando le tocó el turno a Egas, le dijo que lo había encontrado "tiernosín". Pero además le enrostró al gigante que cuando pasaban cosas entre dos personas, no se podía renegar de ellas. Que era feo que se arrepintieran (curiosamente él negó tajantemente haber pololeado con Vicky en el encierro).
Schiling le replicó que "cuando dos personas aclaran las cosas, no tiene porqué venir un tercero a opinar", dando por zanjado el tema sin una interesante dosis de tensión.
Y después, el final de siempre: El video en el que los familiares del eliminado le dicen cuánto lo quieren y las ganas que tienen de verlo.
Es ahí cuando este niño gigante comienza a llorar a moco tendido y a esconder su rostro tras sus enormes antebrazos.
Ni que decir cuando los mismos familiares que aparecieron hablando en el video, aparecen en el estudio en lo que se ha convertido en un calco de los finales de este programa.
Así termina un nuevo reporte semanal de La Granja Vip. El poder de las chicas sigue creciendo adentro del encierro y eso sin duda le da un sabor especial. O por lo menos le pone un poco de sabor. Lo que ya es bastante.