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Tenor Juan Diego Flórez no cree en "divos caprichosos"

El cantante peruano por primera vez obras de Mozart en su repertorio, en sus presentaciones en el Festival de Música de Canarias.

23 de Enero de 2006 | 22:50 | EFE
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, España.- El tenor peruano Juan Diego Flórez cree que la "vieja" figura del "divo caprichoso" y con manías, asociada al mundo de la ópera, es una especie en vías de extinción.

El tenor anunció hoy los dos recitales que ofrecerá el martes y el viernes en el Festival de Música de Canarias, que calificó de "prestigiosísimo", y cuya XXII edición fue inaugurada el pasado día 7 y será clausurada a mediados de febrero próximo.

Según el tenor peruano, la "humanización" de las voces más valoradas del planeta se produce en un momento en que, después de varias décadas, el cantante solista "está retomando una posición importante" como atractivo fundamental para sus seguidores.

Juan Diego Flórez, una de las máximas estrellas mundiales en su estilo, cantará por primera vez mañana el en el Archipiélago obras de Mozart, sumándose al homenaje internacional que se rinde al compositor austriaco durante todo este año.


Una vida pesada

Acostumbrado a interpretar habitualmente a los maestros de la ópera italiana, como Rossini, Flórez aseguró que las exigencias del "Año Mozart" no le supondrán un inconveniente y agregó que, por el contrario, "Mozart es un elixir para la voz", "un ungüento" beneficioso para las cuerdas vocales.

Unos órganos del cuerpo humano que Flórez recordó que son "instrumentos muy delicados, más delicados que cualquiera" de los que emplean quienes se dedican a la música.

Esa circunstancia es la causa, en su opinión, de que a veces se vea a las figuras de la lírica como personas singulares o exigentes, ya que, debido a la necesidad de preservar su voz en las mejores condiciones, piden en muchas ocasiones estar "lo más cómodos posible".

"Hay que tener en cuenta -argumentó- que el cantante tiene una vida pesada, que le hace estar todo el día en hoteles, aviones y cambiando de lugar", algo que repercute en su estado físico y, antes que nada, en la situación de su voz.

Prueba de ello es que los grandes tenores ven cómo su calidad vocal comienza a mermar a partir de los cuarenta años, como demuestra el hecho de que, en general, tras cumplir esa edad cambian sus repertorios habituales hasta entonces para dedicarse a otros que exijan menos esfuerzo, dijo.

Imponderables como éste no ensombrecen de todos modos las perspectivas de futuro de Juan Diego Flórez, quien, con su agenda llena para varios años, insistió en alabar el buen momento que atraviesa el arte lírico.
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